Iniciado por
sonri
Ay…!! pues yo tenia una pregunta de sexólogo…q siempre le he dado vueltas…
Sonri, permite que tenga el atrevimiento de contestar tu post ya que la Dra. Gess debe estar esperando a que salga el próximo número de la Revista para ponernos otro cuestionario.
En principio mostrarte todo mi acuerdo en que ni psicólogos, sociólogos, psiquiatras, sexólogos ni demás variantes dan nunca la solución. Digo nunca ya que no son sanadores, son profesionales que analizan una situación para hallar las causas. Una vez encontrada, saber que solución quiere dar la persona, hacerla reflexionar y finalmente que la tome y actúe en la dirección adecuada para llegar a ella, haciendo un seguimiento. En cuestiones sentimentales hay una dificultad añadida, ¿con que debemos decidir?, ¿con el corazón o con el cerebro?, ¿nos dejamos llevar por los sentimientos o por lo coherente?.. Aún así, yo que soy de letras reconvertido a los números, considero que todo, absolutamente todo es mesurable y una vez conoces las medidas estas en disposición de poder valorar y así decidir.
Quizá en cuestiones de pareja, la primera división que habríamos de hacer es la de dejar expresarse primero al corazón y después a la lógica. Siempre tendremos esa dualidad y siempre la deberemos mantener. A partir de aquí, yo cuando debo tomar una decisión para saber que camino tomar, utilizo una técnica muy antigua pero que he constatado que sirve para tomar cualquier tipo de decisión:
1- Se cogen dos hojas de papel en blanco tamaño folio. En la primera, apuntas la palabra "corazón". En la segunda "coco".
Empiezas por la que más te inspire (si tienes un día cerebral por la de coco, si estás sentimentaloide, por corazón). Anota primero que es lo que esperas de esa relación. A continuación, anotas como desearías que fuera dentro de cinco o diez años. Finalmente anotas como está actualmente esa relación.
Deja pasar unos días y nuevamente vuelve a repasar lo escrito en esas dos hojas y haz las correcciones que consideres convenientes. Una vez hayas quedado convencida de lo allí escrito vamos al siguiente paso.
2-Siguiendo la misma dualidad de corazón y coco (es decir dos procesos paralelos pero distintos), vamos a realizar un análisis DAFO (Puntos fuertes y puntos débiles) . En este paso sobre nosotros. Cuales son nuestras virtudes, cuales nuestros defectos. En el caso concreto de una relación, donde la podemos enriquecer con nuestra forma de ser y actuar y donde deberíamos mejorar.
Anota tantos como quieras y tantos como veas. Deja pasar unos días y seleccionas los tres más importantes de cada categoría.
Ahora comprueba si unos y otros pueden haber influido o pueden influir, en el desarrollo de la relación (valorando únicamente los tres más importantes de cada categoría).
3-Lo mismo pero sobre la otra persona, no pretendas saber como es, es más importante el como tu crees que es. Corazón, coco. Puntos fuertes, puntos débiles. Los tres más importantes y comprobar su influencia.
4-Verificación: ¿Sigues manteniendo la visión de esa relación como inicialmente pensabas de aquí cinco o diez años?, ¿crees que vale la pena luchar por seguir?, ¿tiene futuro?,
Si la respuesta es no... poco más que hablar. Buscar una salida civilizada y no quemarse en intentar hacer pervivir lo que ya está condenado a morir.
Si la respuesta es sí y algo no acaba de ir bien y la está deteriorando... algo habrá que hacer para reconducirla digo yo. Aquí es cuando si tomamos esa decisión y algo ha de cambiar, cuando hemos de elaborar un plan de acción. La lógica indica que debemos potenciar los puntos fuertes de uno y otro e intentar minimizar el impacto de los débiles. Las relaciones humanas continuadas se basan en unos hábitos, en costumbres que poco a poco vamos adquiriendo, que las hacemos nuestras y que marcan nuestro comportamiento de tal forma que se convierten en actos rutinarios, que hacemos sin pensar. Pueden ser hábitos positivos o por el contrario negativos, y los hacemos sin pensar, pero marcan la percepción que los otros acaban teniendo de nosotros. Es curioso pero en la mayoría de nuestras relaciones, cuando hay confianza, esos hábitos a buenos, ya malos son los que hacen que los demás nos perciban y con ello cuantifiquen cuan importantes son ellos para nosotros.
5-Una vez hemos diagnosticado como está la relación, como queremos que sea en el futuro, cuales son nuestros puntos fuertes a potenciar y cuales los débiles a minimizar... no esperemos que el otro cambie, empecemos a cambiar nuestra forma de actuar. No lo hagamos a lo grande, no seamos tan temerarios como para levantarnos un día y querer cambiar el mundo en una semana. Se empieza por lo pequeño, en el supuesto que tu planteas, por ejemplo pues un día la mujer se pone falda y que la vea el marido; cuando llega tarde él, que ella que está "dormida" se despierte; que algún día hablando intrascendentemente, salga casualmente en la conversación aquellas cosas que un día hicieron que tomaran la decisión de compartir su vida. Quizá más adelante un t'estimo molt ablanda esa barrera que se ha creado entre ellos. Quizá valorando los puntos fuertes de la otra persona en vez de machacarnos con sus negativos mejore nuestra percepción sobre el otro. Y quizá abriendo puertas en el muro llegue el diálogo y con el, el intentar que el otro mejore en sus puntos débiles...
¿Quiero o no quiero salvar una relación?, esa es la cuestión determinante. Si lo quiero hacer es andar cada día un pasito hacia la salvación e intentar con ello que el otro emprenda también ese camino. Si uno no quiere hacerlo, simplemente condenarla a que muera sin sufrir.
Repito una frase que me encanta de una canción de Jackson Brown: Asegúrate que lo que estás haciendo hoy te está acercando donde quieres estar mañana.