Después de tantos y tantos días imaginándote entre tus letras me regalas algo que ahora forma parte importante en mi vida. Eso me dijo mucho de tí.
Tu confianza, tu humor, tu labia... ¡Qué misterio!
El día en que te sentastes en mi sofá ya te había visto antes. No había tenido oportunidad de relajarme contigo, de dejarme llevar y disfrutarte.
Me mantengo a milímetros de distancia, me gusta sentirte cerca. Es demasido pronto para que me toques, quiero saber más de tí.
Mientras me embelesas con tus historietas saboreamos un cava fresquito. Te he pillado varias veces mirando mi escote. Me gusta que lo hagas, me provoca y te lo digo sin más.
Cada vez más cómodo. Te sientas a mi lado, pegado a mí. En ese momento dudo en si tirarme a tu cuello o dejar que vengas, que sigas viniendo...
Sigo observando cada movimiento, estoy expectante. Quiero saber que más deseas de mí.
Te tumbas en el sofá y entonces ya no sé como ponerme... Me acerco a tí pero se me adelanta tu regalo y se duerme en tu regazo.
Tengo ganas de probar tus besos y de sentir como me tocas y me acerco sutilmente hacia mi gato para darle mimitos, me giro y te como la boca. Te como, me comes. Te muerdo el labio y te beso con ganas, con muchas ganas. De lado nos rozamos y noto el bulto de tu pantalón que me hace besarte con más fuerza, con más pasión.
Mi gato se entremezcla entre nuestro pequeño espacio y entre risas y jadeos te llevo a mi habitación...
Ahí se desata, te beso sin pausa, te disfruto...
Besas mi cuerpo y lo acaricias de tal manera que me elevas. Cada roce de tu boca arquea mi espalda...
Por delante, ahora por detrás... dejando libre mi culo a tus anchas..
Entonces es cuando me lames, me recorres suavemente con tu lengua húmeda y ardiente.
Agarro las sábanas y no se me ocurre más que besarte, tocarte y despeinarte, pierdo mi mano en tu pelo.
Nos besamos, no paramos de besarnos y bajas por mis pechos, cintura, vientre y llegas a mi sexo. Allí me desmontas. Juegas con tus dedos. Abres con esmero mi culito mientras no dejas de besar mi sexo.
Deseo chuparte y rozar con mis labios tu pelvis, sentirte dentro de mi hasta el final, profundo y hasta el final. Lo disfrutas tanto como yo. Me encanta comértela.
Mis piernas se abren cada vez más, tengo ganas de que me folles, de que me agarres del culo y sentirte hasta el final.
Rozas con tu polla mi sexo húmedo y palpitante... Ves en mi mirada que te quiero dentro.
Mmm, te adentras. Ritmo acelerado como a mi me gusta y besos mojados por doquier. Saboreo mi sexo en tu boca. Me das la vuelta y me tienes a cuatro patas curvada mirando tu cara, sintiendo y viviendo en tu rostro como me follas.
Juegas de nuevo con tus dedos, mi culito se prepara y yo lo deseo muchísimo.
Lo lames, gimo y suavemente me penetras donde el placer para mi se desboca. Tengo mi sexo pegado a las sábanas y puedo notar cómo se mojan.
El ritmo que llevas nos deja exhaustos. Me acaricias la espalda y te tumbas a mi lado mientras respiras profundamente. Caricias, besos, miradas...
Me pongo de lado, mi culo roza tu polla y se vuelve a encender. Me penetras de costado y es cuando te suplico que me folles fuerte y te ofrezco mi culito.
¡Qué momento!, dentro de mi, con tus manos en mis pechos, jadeo, respiro, y te pido: - ¡Córrete!. Entre suspiros me dices: - Lo siento. Ya lo hice.-.
Ummmm. Me giro y te beso. Sonrisa amplia, cómo la mía. Pufff.