A modo de introducción, lo sitúo en Relatos eróticos, porque es más privado y este rincón del foro es poco visitado.
No me arrepiento, si acaso lo lamento.
Todo empezó con una frase, "Me has sorprendido, y eso pasa pocas veces", agradable mensaje en su momento, y sorpresa también por mi parte, me hizo pensar.
Con un desparpajo que no es habitual, animado por un ego sobrealimentado, realicé un primer contacto esperanzador para conocer el tono de su voz, descubrir de primera mano esa calidez que de alguna manera se vislumbraba.
Todo bien, perfecto diría yo, me llamó aún mas la atención y me hice seguidor, quería saber más, quería conocer, así fueron pasando los días, con una ilusión creciente.
El destino me mostró una oportunidad, unos escasos minutos que podrían ser intensos, ser aprovechados para atar cabos, un directo, un cara a cara, un despeje de incógnitas, un todo. Ese pensamiento pasó desapercibido en ese momento, solo días después se encenderían las luces de ese pensamiento.
Y la luz de alarma se encendió. Ese día, después de pensar que ya era tarde, quise probar suerte, creyendo que todo estaba perdido, que ya había perdido esa oportunidad que el destino días antes me ofreció tan amablemente y que hasta ese momento no caí en la cuenta.
Dos horas, tenia dos horas por delante, bien, no era tarde.
La ilusión crecía, que largas se hicieron esas dos horas, pero estaba decidido, por fin pondría cara, podría zanjar de una vez el encuentro que en unos días esperaba, no me podía creer tan afortunado, pero el destino tenia reservados otros planes para mi.
La primera bofetada fue el no poder posicionar exactamente el lugar, la segunda estar en sitio equivocado, la tercera y quizá la más dolorosa la confirmación de que lo que había visto e imaginado era real.
A partir de aquí un desconocido se apoderó de mis actos.
Pasaron días, un sentimiento que no se como expresarlo, pero era casi de desprecio, celos incomprensibles, dolor y sufrimiento, crecía, ni me gustaba ni me sentía orgulloso, incomprensiblemente me estaba pasando algo.
Lo que se prometía un encuentro memorable, pasó a ser un no tengo ganas, sentimientos contradictorios luchaban en mi cabeza, una parte de mi quería olvidar lo sucedido, la otra me lo recordaba constantemente.
Mis deducciones me pedían mantenerme al margen, la vida sigue, todo acabará en una anécdota, mejor seria desaparecer, reaparecer al cabo de unos meses de manera anónima una nueva historia una nueva ilusión.
Era una buena idea, genial, además esa opción se me sirvió en bandeja de plata.
Pero la parte humana que aún me quedaba, hizo que mandase un mensaje, "aquí estoy, para lo que desees", espero que la espera fuera más amena, también me liberé de ese sentimiento, se lo conté, mirando a sus ojos.
Ya solo queda esperar que las heridas cicatricen, que lo que pudo ser y no fue, algún día será.
No tengo prisa, es mas, no quiero prisa, todo es demasiado reciente.
No quiero dar más pistas, mi memoria ha sido borrada, lo niego todo.
Ruego me perdonen las partes implicadas, si se reconocen, sepan que aquí y ahora doy por finalizada esta historia.
Hago un punto y aparte.