Hace poco he vivido algo que por los recientes hechos acaecidos en el foro, considero oportuno relatar.
Conocí y ligué, dónde y cómo no me acuerdo, con una bella mujer, bellísima mujer, toda sensualidad y toda grosería a la vez. No sé como explicarlo. Quizás si os digo que me dijo que la podia llamar Vane me entendereis, ni que sea un poquito. Sin pactar el servicio ni su coste, ya he dicho que fué un ligue y no soy un tío con "morro", subimos a la habitación, a SU habitación, comiéndonos, ahora si, los morros. Ella casi literalmente, ya que también es un pelín bastorra, y bizca, y por eso, creo, no controla demasiado las distancias.
Su habitación, IM-PRESIONANTE, con una foto a tamaño natural de un curioso tipejo, situada en el mismo lugar donde Watson tiene colgado un cuadro de la santa cena (encima del cabezal de la cama) que, según sus propias palabras, es un descerebrado posesivo y celoso, el tipejo, no Watson, que quede claro.
- Hola? Estás ahí?
- Si, si, muñeca, contesto apresuradamente (me habia quedado embelesado con la pinta del tipejo).
Me pareció entender algo de ruborizar ... o de rubens, no lo sé a ciencia cierta. Andaba ocupado en encontrar el cierre que libera las naranjillas. Lo reconozco, necesito practicar más con la fruta.
- Me vas a rechupetear el chichi?, .... me lo he depilado hoy. Ya verás que guai!. (Y yo que queria ser romántico ...)
- Coño! Y eso?
- Pues el coño, que va a ser!
- Eso ya lo sé, jamonorra (intenté ponerme a su altura). Digo ese pelo, ese único, largo, y tieso pelo.
- Ah bueno, ... es la moda de dejarse uno.
Yo, más tontaina que el cascarrabias, lo cual ya es decir, voy y me lo creo. No dudo de la palabra de una damisela, palabra de Celentano. Total que ... buena idea lo del pelo único, sobretodo si es muy largo. Lo puedes utilizar de hilo dental para sacar ese rebelde trozo de bistec que siempre se te queda entre los dientes. Así lo hice yo, en un breve descanso.
- Follamos?
- Pues .... bueno .... si!
- No te pongas gomita. Al Ruben se lo pido siempre porque es un guarro. Pero a ti, Jason, con lo guapo que eres, A PELO!
- Vale, perfecto.
Cuando se dió la vuelta para ponerse a A4, raudo y veloz me puse doble protección, por si acaso. En medio de los embites, y en plena discusión entre el huevo izquierdo y el huevo derecho sobre quién producía mayor cantidad de semen, va y suena un móbil, el móbil de ella.
- Dime Mingui
- Ajá, ... bién ... aquí estaré.
Cuelga.
- Corre Jason. Vístete y lárgate corriendo por favor. Como te encuentre aquí no sé como va a reaccionar. Es muy bestia y no quiero que te haga daño. Está muy cabreado y necesita verme. Le quiero mucho y además, es el mejor amigo de mi novio. No se lo digas a nadie, por favor, que si no el Ruben, con lo gilipollas prehistórico que és, es capaz de hacer cualquier burrada.
Más o menos dijo eso, ya que con los nervios, bastante tenía con ponerme los pantalones y largarme. Bajando por las escaleras (no tenia ganas de ir de azotea en azotea) me cruzé con un tipo un poco feillo, bueno ... más bién feo, ... realmente feo de narices, vamos, un cruce entre Marchito y Luke el pajillas, vosotras me entendeis. Quizás fuera el mingui, o el propio marchito, vecino de el ruben. No lo sé.
Llegué a la calle y respiré. Olía a ajo.