Una suave brisa le iba despertando,poco a poco...el suave oleaje de la pleamar mojaba su rostro,y la consciencia la recuperó lentamente.Junto a él,restos del naufragio...unos cuantos maderos,la campana dorada con la siguiente inscripción:TORANAGA(OSAKA)...
Su nombre...Nakamura,sin padres conocidos,o mejor dicho,adoptado por el Capitán del Toranaga,ballenero de Osaka.
Recuerdos de una infancia y una juventud muy desgraciada,trabajando de grumete-esclavo de toda la tripulación.
De constitución menuda,diría enjuta,malcarado,contrahecho,de aspecto triste y sin ganas de seguir viviendo...a sus veinte años.
Recuerda un gran tifón,cuando el buque atravesaba el Mar de Andamán,junto a las costas de Siam...Recuerda,tambien,ver como su Amo-Capitán,salía despedido por la borda y perderse por los confines del infinito,y como, más de un marinero perecía, en la cubierta, que él limpiaba a diário.Nakamura creía firmemente ,que su final estaba cerca...y rezó.
Notó un gran golpe en la cabeza y se sumergió en un mundo de tineblas....y vaivenes.
No tenía fuerzas para incorporarse,tenía,además,una herida sangrante en su pierna izquierda...el agua le golpeaba,cada vez con más fuerza,su entumecido rostro,y decidió arrastrarse hacia el interior...se tumbó boca arriba y maldijo su mala suerte...el esperaba estar muerto,haciendo compañía al resto de la tripulación.
A lo lejos,vislumbró una figura que se acercaba rápidamente...y volvió a perder la consciencia.
Cuando despertó,no daba crédito a lo que sus pupilas estaban contemplando...una figura femenina,esbelta,tostada por el sol,de pelo lacio negro,largo,sedoso con unos ojos negros enormes...y totalmente desnuda,algo totalmente desconocido por Nakamura.
Ella le obsequió con una sonrisa radiante,resplandeciente,y siguió curando sus heridas,mientras Nakamura,se fijó en el tatuaje que la nativa llevaba en la frente...Mariko,así rezaba.
Nakamura estaba embobado,totalmente absorto...y tuvo el impulso incontrolable de acariciar su pelo,suavemente,con extrema delicadeza.Mariko le recompensó acariciándole las mejillas,siguiendo por su torso y desembocando en su miembro viril,jamás usado para esos fines.
Nakamura¿estás soñando? se preguntaba una y otra vez,pero un beso de Mariko,le devolvió a la realidad...y se dejó llevar por el sendero del deseo...hasta caer en la vorágine del sexo sin límites.
Cogió a Mariko en brazos,cojeando ostensiblemente,la depositó en un lecho de flores,y allí,la besó repetidamente,bajó su boca por sus menudos y puntiagudos pechos,duros como manzanas...y finalmente la deslizó por su Monte de Venus hasta llegar a su delicioso sexo...
El la oía gemir intensamente , sentía como se retorcía de placer y finalmente, notó como las piernas de su amada ejercían una presión inusitada sobre sus sienes,hasta que se derrumbó extasiada,rota de placer.
Caminaron varias horas, hasta que Mariko le indicó que estaban llegando a su poblado y unos tambores empezaron a tronar desenfrenadamente,anunciando su llegada.
Nakamura veía solamente mujeres a ambos lados del sendero,unas veinte más o menos,no vió hombres ni niños,y eso le extrañó.Todas eran bellísimas,muy parecidas a Mariko,y todas llevaban su nombre tatuado en la frente...Fujiko,Hikaru,Keiko,Sumiko...
Le colocaron en el centro del poblado,le entregaron un cuchillo y formaron un gran círculo a su alrededor,se hizo un silencio absoluto...y esperaron...
Del fondo del poblado apareció un hombre de 65 o 70 años, aproximadamente,cuchillo en mano,de piel curtida y semblante sereno...avanzó,atravesó el círculo y se puso frente a Nakamura,blandiendo su más que afilado cuchillo.
En su frente llevaba tatuado Omi-San,destilaba mucho nerviosismo y vió ,claramente, que el desafío era a muerte.Se puso en guardia ,esperando un ataque inminente,y así fue.
Se lanzó sobre Nakamura como un gato en celo, provocándole una herida en el brazo,y éste al girar su cuerpo, le clavó el cuchillo en el corazón de Omi-San...Tardó tres segundos en desplomarse y morir.
Las nativas cogieron el cuerpo inerte de Omi-San entre sollozos y lo depositaron sobre una pira funerária...rezaron en su honor varias oraciones...y a continuación prendieron fuego...esparciendo,finalmente,sus ceniza,por los alrededores del poblado...para así retener su alma eternamente.
Ahora era Nakamura el único miembro varón del poblado,y pasó de ser un simple grumete-esclavo,a ser un esclavo sexual de esta maravillosa tribu.
Pasaron los años lentamente,saboreando todos los momentos de placer que un hombre puede saborear...dia a dia amaba y hacia feliz a las mujeres del pueblo.Se entregó a ellas en cuerpo y alma,dando el máximo posible...En pareja,en trío,en cuarteto, lo dió todo...
Pasaron cuarenta años,él envejeciendo y ellas tan jovenes como el primer día,con las mismas ganas de reverenciar a su miembro,con las mismas pasiones,usando a su Rey a su antojo.
Una mañana, los tambores le sobresaltaron,saltó de su lecho,miró por la ventana y vio a Mariko,acompañada por un adolescente,entrando en el poblado.Vio como se formaba el correspondiente círculo y escuchó el siléncio de la espera.
Cogió su viejo cuchillo,salió al exterior y con paso firme se dirigió al centro del poblado,atravesó el círculo de mujeres,se plantó delante de aquel mequetrefe,y lo miró fieramente a los ojos...
A continuacón ,Nakamura desvió su mirada y buscó a Mariko...La encontró formando parte del círculo...Y tomó una decisión...Tiró su cuchillo al suelo y volvió a mirar a su contrincante.Hablo con él..."Muchacho mi ciclo acabó,ahora es el tuyo...esfuerzate y hazlas felices, hasta el fin del fin".
No hubo tiempo para más...Nakamura cogió el brazo del muchacho y puso el cuchillo en su própio pecho...miró a Mariko...le mandó un beso y apretó el brazo clavandose el cuchillo en el corazón.Se desplomó mirando a Mariko,y murió como un verdadero Samurai.
Sus cenizas las esparcieron por los alrededores del poblado y se unió, espiritualmente,
con sus predecesores,por los siglos de los siglos....
Watson.
PD:Los nombres de los protagonistas del relato,así como el nombre del ballenero, los he extraido de un famoso libro de Samurais y Señores feudales:"SHOGUN " de James Clavell