Un domingo tarde.
Yo cansado del Sábado electrizante con enlace matrimonial como escusa de fiesta sin medida y con mesura. Ella con amigas, averiguando lo difícil que resulta conversar con alguien, que sólo te mira a los pechos cuando estas intentando descubrir si detrás de un cuerpo hay un alma..........Siempre le digo, que es mejor no ser guapa. Se tarda más en conocer al hombre.
El domingo era para nosotros. Para amigos. Llega a mi casa, risueña y feliz. Siempre se mostró así. Nos contamos lo acontecido, con un Ristretto y un Roma por enmedio. La escusa era una peli. Mala malisima. Ni 10 minutos. Mejor música "ambient". Charlas y confidencias. Miradas que se apartan para no acalorarnos demasiado.
¿Te apetece un crêpe?¿Con Nutella?¿Caliente? Los cubiertos a un lado. Las yemas de sus dedos rozan los labios del chocolate desecho. Su boca me puede. Ella lo sabe, pero insiste en la provocación. Se rie. Me agrada. Percibo proximidad.
-Sabes, me encanta hacer el amor los domingos por la tarde. Le susurro.
-Empiezo mucho mejor la semana.
Ella me sonrie.
Adeu (que venim^con algo personal, que debe acabar ahí)