Más sobre la oxitocina
http://www.lavanguardia.es/lv24h/200801 ... 00794.html
La oxitocina, la hormona de la generosidad
Esta hormona facilita que personas que no se conocen se relacionen entre ellas.
Una hormona llamada oxitocina, conocida hasta ahora por tener un papel decisivo en el enamoramiento, el orgasmo o el amor por los hijos, contribuye además a potenciar la generosidad de las personas, según ha demostrado un estudio de la Universidad de Claremont (California). Los resultados del estudio, presentados en la revista científica electrónica PLoS ONE,indican que la oxitocina puede incrementar en un 80% la generosidad hacia otras personas.
Múltiples efectos
ENAMORAMIENTO. La oxitocina ha sido llamada la hormona del amor y la hormona de la fidelidad ya que regula procesos afectivos como el enamoramiento y ayuda a crear fuertes lazos afectivos con la pareja que favorecen la monogamia.
ORGASMO. En un orgasmo, la oxitocina estimula la circulación del esperma en los hombres y la contracción de la musculatura pelviana en las mujeres, lo que contribuye a incrementar la sensación de placer.
AMOR MATERNO. La madre segrega cantidades elevadas de oxitocina durante el parto y al dar el pecho, lo que facilita la producción de leche y ayuda a establecer una relación estrecha con los hijos.
CONFIANZA. Recientes estudios realizados en la Universidad de Zurich han vinculado la secreción de oxitocina con niveles elevados de confianza hacia otras personas.
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Cuando sentimos empatía hacia una persona en apuros, nuestro cerebro segrega oxitocina de manera natural y esta incrementa el sentimiento de generosidad, explica Paul Zak, fundador del campo de investigación de la neuroeconomía y director del estudio. "Es la experiencia de proporcionar cuidado y compasión la que nos hace más propensos a liberar oxitocina cuando alguien nos necesita", declara Zak por correo electrónico. "Tiene menor incidencia en los cerebros de los niños, que están en desarrollo. Pero la oxitocina puede incrementarse en la edad adulta, lo que se podría interpretar como un aumento de la empatía a medida que nos hacemos mayores".
El nuevo estudio es la continuación de un trabajo pionero que publicó el equipo de Paul Zak hace dos años en la revista Nature y que demostró que hay una relación entre los niveles de oxitocina y el sentimiento de confianza hacia otras personas. Aquel estudio demostró que la hormona facilita que personas que no se conocen se relacionen entre ellas.
En el nuevo estudio han participado 68 voluntarios - todos hombres para evitar que los altibajos de la oxitocina a lo largo del ciclo menstrual pudieran alterar los resultados-, a la mitad de los cuales se administró la hormona en forma de spray nasal, mientras la otra mitad recibió placebo. Para medir su generosidad, se les propusieron dos juegos.
En uno, se daban diez dólares a la mitad de los participantes y se les pedía que los compartieran con otra persona. Si esta persona aceptaba la oferta, ambos se quedaban con el dinero. Pero si consideraba que era injusta y la rechazaba, se quedaban sin nada. El segundo juego era casi igual, pero con la diferencia de que el receptor no tenía opción de rechazar la oferta: debía aceptar lo que se le daba.
Los resultados muestran que, cuando los voluntarios que habían inhalado oxitocina repartían el dinero, solían superar las expectativas de las personas que lo recibían. Este efecto no se observó entre quienes no habían inhalado oxitocina, que se mostraron más avaros. En conjunto, la hormona incrementó un 80% la generosidad de los participantes en el estudio.
La oxitocina es una hormona estimulante, explica Ignacio Morgado, catedrático de Psicobiología de la Universitat Autònoma (UAB), quien advierte que "su efecto puede ser muy diferente en función del grado de reactividad de cada persona". Según Morgado, la sensibilidad a la oxitocina depende no sólo de factores genéticos sino también ambientales como aquellas experiencias que potencian la empatía.