Hacía algun tiempo que no tenía una relación con escorts (carnalmente hablando). Y pensé que el Jueves sería un buen día. Salí algo más temprano del trabajo, me duché, me cambié y enfilé a Barcelona. Aparqué por diagonal y como era pronto, llamé a la agencia por si fuera posible adelantar la cita. Me comentan que sería algo justo porque la chica venía de fuera y decidí pasear un ratito.
Veo varios escaparates y entro en una librería. Ojeo unos libros elijo cuatro, pero devuelvo a su estante uno de poesía de Miquel Martí i Pol, que me parece que tiene mi hermano (ya se lo pediré). Me quedo con uno de Kim Catrall para regalar a mi amiga invisible, una novela premio planeta 2007 y uno divertido de frases célebres para reirme un poco.
Sigo paseando y como tengo tiempo, entro en una tienda con las siglas B&B y rebusco unas lámparas para los lados de mi cama. Me gustan mucho unas, y las tienen en el almacen. Pago y me voy a descargar al coche. Ya es la hora convenida.
Subo el ascensor, me recibé la secretaria. Paso a una sala y pone el book para que conozca a otras señoritas. Me presenta a la seleccionada el dia anterior y despues de abonar un servicio de dos horas pasamos a la suite.
No quisiera explicar muchos detalles sobre ella, porque prefiere que no lo haga. Alta, guapa, ojos preciosos. Se cuida, se muestra atenta, me ama, la amo, me lo hace, se lo hago, nos lo hacemos y de nuevo al jacuzzi. Charla fluida pero no es muy culta. Pasa un bache porque su negocio no va muy bien y charlamos sobre los tipos de clientes. Ella hizo esto hace tres años y ahora nota que ha cambiado un poco. Se trabaja pero hay más personas que se pueden permitir esto y no parece que esten a la altura de las circunstancias. Segundo "round" corto pero intenso, como ella me pidió y de nuevo a la ducha. Nos vestimos charlando y salgo fuera.
Ella se queda dentro y mientras la secretaria me despide y me entrega un detalle. Una botella de cava con muy buena presencia. Agradezco el detalle y me marcho.
Bajando por el ascensor, me pongo a pensar en lo que ha dado de sí la tarde, y si era eso lo que realmente me apetecía. Pienso inevitablemente en el dinero que me he gastado y me invade un ataque de ansiedad al pensar que con lo que me había gastado en una tarde, se pueden hacer miles de cosas. Me sentí mal, y no me venian a la cabeza más que los niños que pasan penurias, los indigentes, los sin techo, las imágenes del programa callejeros y mil cosas más.
El trayecto de Barcelona a mi casa fue como una clase de autoafirmación sobre quién soy, qué hago y si este es el camino. Probablemente no pueda definirlo ahora. Quizás tenga que girarme más adelante para saber si lo recorrido ha valido la pena. Sólo me arrepiento de cosas puntuales de mi vida (corta por supuesto) porque siempre he pensado que eso me hacía como soy, y estoy orgulloso, pero ayer tuve una sensación diferente. Quizás cambie algo.
Adeu (que venim^de estimular el cuerpo, pero sobretodo, la mente)