Se acerca la feria más rentable para nuestro oficio, el agosto de las acompañantes, por lo menos para las que trabajamos con ejecutivos clásicos de las ferias.
Mañana de clases, repaso de apuntes, adelanto de tareas universitarias…todo preparado para pasar a mi second life, soy como una especie de frutero que por la noche se convierte en animador de un hotel en Benidorm, escotados vestidos, colores alegres, maquillage…todo preparado para gustar, alegrar, hacer reír y dejar a un lado lo que al despertar al día siguiente es inevitable, tu puesto de fruta, pero un poquito más llevable dado que tienes un ingreso secreto, nadie puede imaginar…
Mi telefono suena a eso de las cinco de la tarde, veo en la pantalla agencia y no dudo en cogerlo, pese a estar en la peluquería, es ella, la encargada para darme los datos del hotel arts a las ocho de la noche en principio por 3 horas.
Cojo los datos me visto apropiada para mi cita y voy hacia el hotel, mucho tráfico, tardo más de lo normal, esto me hace entrar en el mundo laboral: tendré suerte? Será amable? Se me hará pesado?
Me hago la revisión propia de todas mis citas: las uñas están bien, me miro mis sandalias monísimas con los dedos bien arreglados, pies perfectos (una vez me pasó algo que os contaré el por qué de hacer este comentario sobre mis pies) piernas hidratadas, pelo sin ninguna horquilla olvidada..mis manos, mi camisa sin apoyarme demasiado en el respaldo del asiento para no arrugarla…en fin creo que estoy perfecta.
Esta vez el taxista era un señor mayor, demasiado preocupado por el tráfico y la hora de plegar, como para mirarme o intimidarme con el fatal espejito que casi todos tienen estratégicamente colocado en la parte izquierda del chofer estoy segura que con la función exclusiva de verte las braguitas si te despistas, lo he visto en un par de pardillos…
Llego a la entrada, saludo a los dos porteros, viejos conocidos, y uno de ellos me acompaña para la llave, en este hotel los apartamentos privados tienen llave especial para el ascensor, me hace un comentario sobre este cliente porque parece que ya ha solicitado más señoritas.
Llamo y me abre Sr.Nicol, joven americano, fiestero, buen tipo, pero no de muy buena educación porque me recibió descamisado.
Hablamos largo rato acompañados por una copa de vino, el ambiente se iba volviendo cálido, voy al baño porque me encanta ver el ambiente exacto en el que muevo, y ahí tuve una alegría al comprobar que la mampara era opaca, eso es una ventaja porque este tipo de cristal permite resaltar la silueta sin mostrar los defectos, aceites esenciales algo genial para conseguir una piel resbaladiza a la que yo le doy mucho juego, en fin estoy contenta con las herramientas con las que parece me voy a sentirme muy a gusto.
Al salir a la salita Nicol me dice he decidido que te quedes toda la noche conmigo, cuanto me costaría? eso sería 1900 euros, llamo a la agencia y me siento liberada al saber que estaré largo tiempo con un solo cliente, eso reconozco que me hace estar aún más dedicada a el.
Le abrazo, hago unos comentarios propios de mi momento, le acaricio suavemente hasta bajar a los botones del pantalón, parte en la que pude comprobar lo bien que se estaba sintiendo, dado el desnivel de la zona.
Comienzo con un simulacro de francés, puesto que nunca lo hago real sin pasar por la ducha, y vuelvo a subir para que el me empiece a desnudar.
Lo hizo de forma suave y muy seductora, desnudos los dos jugamos cuerpo a cuerpo, piel a piel, mano a mano por todas las partes, con el roce tuvimos la primera alegría, esto nos dio paso a la bañera en la que, ambos hicimos un mundo lleno de fantasías y en la que tuvimos la segunda oportunidad.
Reconozco que yo ya no daba una tercera tan pronto y temiendo que él lo pidiera le llevé hasta la sala donde pedimos fresas para seguir en nuestro mundo y por mi parte alargar, la penetración por unas horas.
El descanso nos vino perfecto para tener una bonita y amigable conversación que fue en gran medida la causa real por la que decidí desaparecer este tiempo, y tener unos meses de retiro en California al lado de este, mi cliente mal educado que me recibió descamisado, que resultó ser un eslabón importante en esta cadena que voy uniendo con mis servicios de escora