CIUDADANOS
Entidades antiprostitución piden disuadir a los clientes
Europa Press. BARCELONA - La Plataforma de Organizaciones de Mujeres por la Abolición de la Prostitución reclamó ayer "campañas y compromisos" institucionales para desmovilizar a los clientes de la prostitución, dentro de la I Jornada Internacional de Explotación Sexual de Mujeres en Catalunya.
La portavoz de la plataforma, Rosario Carracedo, pidió a la administración iniciativas para disuadir a los consumidores de sexo, similares a las realizadas para luchar contra la violencia doméstica. "Queremos que se actúe con el mismo empeño que se ha llevado a cabo para transmitir a los hombres que esta sociedad no les autoriza por ley y valores a maltratar a sus mujeres", señaló.
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Mañana del viernes 28...
Como era de esperar, el discurso ha sido monopolizado por el criterio de prostitucion = violencia contra las mujeres. Discurso esgrimido por las “expertas” observadoras de prostitutas
En dichas jornadas, y por razones obvias, no se ha convocado ni a organizaciones que defienden a las prostitutas respetando el derecho a decidir de estas, ni mucho menos a prostitutas.
El tono de dichas jornadas ha estado marcado por una lógica que mezcla de forma premeditada el trafico con la inmigración, el proxenetismo con la autonomía, el cliente concebido como agresor, el proxeneta como cómplice del cliente, la agresión a la mujer con la capacidad de decisión.
En fin, una autentica locura dogmatica sin orden ni concierto y que podría resumirse con una frase:
No queremos que haya putas.
Y es que ese es el verdadero objetivo de abolicionismo, al menos aparentemente.
Y digo aparentemente, porque por el camino se impone victimizar a todas prostitutas por sistema y redimirlas a la fuerza.
Para dicho objeto, ya se disponen de asociaciones de mujeres subvencionadas generosamente con la finalidad de hacer de “buenas samaritanas”.
Ante nuestra defensa a ultranza del derecho a decidir de la mujer sobre la prostitucion, el argumento de abolicionistas es unilateral:
La prostituta es victima por sistema independientemente de cual es su situación. “..La prostituta que defiende el derecho de serlo...” -en palabras de la feminista Lee Lakeman- “...simplemente es estúpida”¡Bueno! ¡vamos avanzando! ya no solo somos victimas, sino estúpidas, quien defendemos el derecho al propio cuerpo desde cualquier perspectiva incluida la prostitución.
Una compañera prostituta me comenta: “tengo una cosa clarísima, que estas tías no me van a solucionar nada, si no a joderme la vida si me descuido”
Ante el argumento: soy puta y libre, me gusta ser puta y cobrar por sexo en vez de hacerlo gratis.
La respuesta contundente: ¡Las mujeres hemos luchado contra el patriarcado para que vengas tu ahora diciendo que te gusta vender tu cuerpo!
Una feminista contraataca ¡eres una esquirola!
el discurso plural y auto-gestionador de la sexualidad femenina es concebido como una agresión por parte de estas mujeres supuestamente redentoras e ideólogas, pues se desliga del concepto de“feminidad correcta”.
Por tanto, ya no somos las putas solo victimas, ahora también agresoras y complices de los hombres, al defender algo tan disparatado como el “derecho a decidir por nosotras mismas”.
Los derroteros de dicha jornada, trascurren por la vía de “buscar soluciones” sin contar obviamente con el criterio”inservible y ninguneado”de las prostitutas.
La gran solución: Culpar al cliente en concreto y al hombre en general de la existencia del proxenetismo, la trata , el abuso, y la comercialización del “cuerpo de la mujer” comparando la prostitucion con la venta de órganos. “si cobrar por sexo es lo mismo que vender órganos yo debería estar el anatómico forense” comenta con sarcasmo una compañera.
En el turno de las abolicionistas que se dedican a la política el criterio es claro:
-Lucharemos por erradicar la prostitucion.
Si embargo no dicen con claridad cuales serán los métodos. A pesar de todo se deduce que gran parte del pastel de las subvenciones irán destinadas a las responsables de “reinsertar a las victimas” y otra parte a estigmatizar y crear políticas de aparheid sobre las prostitutas.
La cuestión parece simple si se sabe leer entre líneas: “Si hay prostitutas que no son victimas habilitaremos los medios para que acaben siéndolo”. Así, la reinserción por la vía de las “redentoras ultra subvencionadas” será la única salida, por lo que parece, para la prostituta sea o no autónoma.
Sobre la trata y el proxenetismo, no parece que los métodos sean muy convincentes:
-"Existe un negocio muy rentable de empresarios que nos pone muy difícil una intervención eficaz".
_"Convergencia y Unió"- contesta una diputada- "legalizó en el 2002 los locales de proxenetas pensando que era lo mejor para las prostitutas y en política ¡ya se sabe! nos equivocamos y en parte gracias al criterio de personas como tu"- señalándome.
Ignora esta diputada que, precisamente, el Colec.ctiu de Transexuals de Catalunya ya alertó en su día de dicha legalización de proxenetas, como un primer paso contra la prostituta autónoma. Por otra parte no dicen si ilegalizarán lo que en su día legalizaron - “es que es muy difícil”
Mas dislates:
-“La Normativa municipal de Barcelona que penaliza a prostitutas y mendigos en el ámbito público esta pensada para proteger a la ciudadanía de lo que les molesta. Los políticos legislamos pensando en el bien común, no en las minorías”.
-“Tenemos que decidir que modelo de sociedad queremos y yo no estoy dispuesta a admitir que las prostitutas representen un buen modelo de conducta”.
Tras varias exposiciones descabelladas donde se barajan cifras indemostrables de prostitutas secuestradas, el 80% se dice en una intervención, el 90% en otra, ¡no, el 95%! mas tarde. “Bueno en realidad dudamos que haya prostitutas libres como se autodenominan”.
Como dice una feminista: “Estas afectada por el síndrome de Estocolmo y no lo sabes”.-“y tu por el síndrome del Vaticano y tampoco lo sabes, ¡maruja más que maruja!”- Contesta una compañera.
Intervenciones en la misma línea y varias interrogantes:
¿Existe un interés real por combatir las injusticias que sufren muchas mujeres, en parte por la desidia que provocan los derechos de la prostituta como tal?
Hay un interés en combatir la explotación de la mujer donde esta exista o al contrario combatir contra la prostituta misma?
¿Recibirán subvenciones multimillonarias estas mujeres para combatir y estigmatizar la prostitucion y a la prostituta con políticas de aparheid, mientras, se abstraen de combatir el proxenetismo de los empresarios con el consabido “ya se sabe son empresas muy organizadas”?
Tras una mañana de intervenciones estereotipadas sobre la opresión a la mujer donde la máxima preocupación parece ser “no queremos que los hombres vayan de putas”
Y “en nuestro modelo de sociedad no caben las putas” nos largamos con la impresión de no sentir dicho feminismo como un movimiento acogedor y sensible a los problemas reales de las prostitutas en concreto y de la mujer en general.
Los Lobbys feministas que organizan dichas jornadas están compuestos en su mayorías por una élite de mujeres de clase social media-alta, que despotrican del ejercicio de poder del hombre, pero con una clara conciencia de la mujer jerarquizada y donde no todas las voces de mujeres valen lo mismo.
Mujeres que no empatizan, obviamente, con las prostitutas, pero tampoco con las mendigas, con las pobres, las inmigrantes, las transexuales, y un largo etcétera de mujeres cuyas voces en dicho sector están invisibilizadas.
Los discursos parecen sacados de la SECCION FEMENINA actualizada, y por momentos, las exposiciones y catarsis de mujeres ofendidas con el hombre y con las prostitutas “esquirolas” alcanza climax surrealistas que me recuerdan a los shows de Barrio Sésamo, entre otra cosa por el infantilismo de ciertos conceptos.
A modo de conclusión:
Es obvio que las prostitutas como tales y las putas como estereotipo transgresor de mujer no les caemos simpáticas. También parece obvio que detrás de la victimización se dilucida la animadversión típica de la mujer “decente” que odia a la puta.
En el fondo, estas mujeres, se sirven del poder para instrumentalizar la realidad e intentar cambiarla hacia una dirección donde el sexo y la mujer sigue subordinada al ideal judeo-cristiano de mujer sexualmente lineal e idílica. Nada de pluralidades “raras”.
En última instancia, tras el rollo victimista no se dilucida ni por asomo una conciencia global que cambie el planeta de los ejercicios de poder de los fuertes contra los débiles, de los ricos contra los pobres, de un reparto justo del pastel económico, del cambio de trayectoria en políticas sobre la polarización cada vez más acusada de la pobreza y la riqueza. En definitiva, de tratar de raíz las injusticias que hacen que aumente el numero de pobres y por tanto la situación cada vez más complicada de la mujer.
A modo de mala leche por mi parte, observar que la incorporación de la mujer en la política en el primer mundo no parece haber mejorado la situación de la tendencia depredadora que origina a nivel global la polarización cada vez más acentuada de la riqueza-pobreza.
Pues una cosa es sensiblería, mojigaterío e instrumentalización del concepto mujer –victima y otra muy distinta la sensibilidad, el respeto y escuchar al débil.
Oyendo a estas mujeres me queda un impresión amarga que me obliga a preguntarme de que lado están. En mi lugar y en el de muchas mujeres discriminadas, desde luego no. El sexismo y la opresión tiene mil caras y el ejercicio de poder y dominio entre mujeres se expresa de forma tan violenta como en el resto de ejercicios de poder.