La esencia del trabajo es dar placer a otros. El que no quiere o no puede hacer eso, por muy guapo que sea, va a fracasar. El cliente quiere sentir placer de algún tipo.
• Como en otros trabajos de servicio, la capacidad de relacionarse es lo más importante. Saber escuchar ‘activamente’, negociar, animar, leer los signos corporales del otro, captar lo no dicho y la sicología del otro. Juzgar cuando el otro no está bien, cuando ‘huele’ a problemas (y no confundir eso con apariencia física.) Capacidad de calmar situaciones y tranquilizar a personas violentas, confrontándoles o manipulándoles. También necesario para quien trabaja por teléfono.
• Capacidad de relacionarse con (y llegar a apreciar) gente de otras culturas o etnias o de valores ajenos a los de uno. Diplomacia. Se puede rechazar a clientes, pero se pierde ingresos. Poder imaginarse la situación del otro, tanto por lo que quiere disfrazar como por lo que enseña. Entender más de un idioma.
• Conocerse bien es importantísimo en el trabajo sexual. Saber usar el cuerpo sexualmente y cuidarse, minimizando infecciones, lesiones y agotamiento físico, emotivo o espiritual. Se necesita saber cuando se está cansado o con poco ánimo de trabajar, porque de ahí vienen a menudo los peligros del descuido. La autoestima es imprescindible.
• Se necesita una falta de pudor con el cuerpo, tanto suyo como de otros. Poder hablar del sexo, enseñar cosas sexuales. Ayuda un buen sentido de humor.
• Como con los trabajos de enfermeros o azafatas, es esencial dar la sensación al cliente de que realmente es deseado, que darle placer o cuidarle importa. También esto es necesario para cultivar una clientela leal, que vuelva.
• Muchas veces el cliente quiere contar cosas de su vida: problemas matrimoniales, de sus hijos o de su trabajo. Puede haber perdido a su esposa o necesitar consejos. La habilidad de satisfacer este tipo de deseo o de querer ayudar a resolver problemas de otros es parte del trabajo sexual. Incluso a veces el cliente da menos importancia al sexo que a recibir este tipo de atención.
• Saber poner límites, controlar lo que sucede y protegerse de demandas excesivas. Poder mantener las fronteras con clientes, que pueden tener muchas necesidades emocionales.
• Poder vender es clave, incluyendo por teléfono y en mensajes escritos (correo electrónico, chat, teléfonos móviles). La seducción es un arte que pocos dominan; de ahí el alto status de las cortesanas y las geishas en el pasado. Hoy en día son las transexuales las que tienen más fama de saber seducir.
• Para personas que trabajan por su cuenta o que tienen un negocio es imprescindible poder manejar fondos: seguimiento, contabilidad, impuestos e inversiones. Saber negociar, poner precios.
• La capacidad de management, de organizar y gestionar un negocio es necesario no importa en qué escala está el trabajador. Trabajar por cuenta libre lo puede hacer con éxito sólo quien tiene la disciplina de evaluar sus esfuerzos y manejar su tiempo.
• Cuando se está empleado en un negocio de otro, se necesita el talento de poder complacer tanto al jefe o dueño como al cliente, que a menudo exigen cosas contrarias (por ejemplo, al jefe le importa que el trabajo se haga más rápido, mientras el cliente quiere más atención personal).
• Si se baila o se hace espectáculo, es esencial estar en forma y de buena salud y actuar con confianza. Saber sacar provecho de sus propios atractivos. Saber vestirse, peinarse y maquillarse según la situación.
• Mucho del trabajo sexual es performance: es necesario saber presentarse, proyectarse y jugar papeles. Un ejemplo: existe el estereotipo de la asiática ‘pasiva’; entonces para una asiática el saber desempeñar el rol pasivo puede ser un talento clave. Si se trabaja en dominación o en sumisión, hay que saber crear escenarios, actuar, involucrar y convencer al cliente. Saber coquetear.
• El cliente a quien se ofrece servicios no necesariamente es del mismo género u ‘orientación sexual’ que el trabajador quiere para su pareja. Pensado de otra manera, el gusto personal del trabajador no tiene que cuadrar con lo que hace en el trabajo: una lesbiana puede trabajar con hombres heterosexuales, un heterosexual con gays, una transexual con heterosexuales, un homosexual con mujeres y así. En el mundo de la industria sexual se encuentra flexibilidad y ambigüedad en términos de gustos y deseos; las visiones dicotómicas (como masculinidad/feminidad o pasividad/actividad) dejan de valer mucho.
• Ya que es un mercado, se necesita la capacidad de competir, ofrecer novedades y cambiar de oferta. Inventar nuevas formas de cobrar, utilizando las nuevas tecnologías e intentando ofrecer servicios adecuados a los deseos.
• Los conocimientos sexuales son imprescindibles para desempeñar el trabajo. Saber estimular cuerpos para producirles placer, demorar o precipitar orgasmos, juzgar la capacidad sexual del otro. Además hay muchos trucos que hacen el oficio más fácil para la persona que los domine: poner condones sin que los clientes se percaten, fingir penetración y muchos más. A menudo hay que enseñar principios de salud sexual para mejorar la experiencia del cliente: técnicas masturbatorias, de auto-control o de permitirse cosas ‘prohibidas’. Es importante señalar que no todo cliente es el hombre confiado del estereotipo machista; muchos se sienten tímidos, avergonzados o incapaces. Existen prostitutas y prostitutos que se especializan en servicios terapeuticos con personas discapacitadas. En cuanto a la educación para evitar enfermedades sexuales, el poder convencer a clientes de que se puede ‘gozar’ con preservativo es un talento importante.
• Se puede escoger los servicios que se quiere ofrecer, entre ellos sexo oral o manual, penetración vaginal o anal. El trabajador decide. Además, en épocas del ‘sexo más seguro’, se están aceptando formas menos ‘clásicas’ dentro del trabajo sexual, como la masturbación mutua.
• Poder ofrecer masaje, reflexología y otras terapias da más posibilidades económicas.
• Si se trabaja en la producción de pornografía, hay posibilidad de aprender técnicas de fotografía, de rodaje, de video, etc.
• Si se trabaja por Internet, hay necesidad de conocimientos de computación, del correo electrónico, de chat, de bases de datos y de la construcción de páginas web.
• Si se llega a ser responsable o hasta dueño de un club o agencia, se aprende a tratar las necesidades del personal, animándole a trabajar bien.
Bibliografía
Agustín, Laura; "trabajar en la industria del sexo y otros tópicos migratorios" GAKOA. SAN SEBASTIAN.2005
SALUDOS A TOD@S