El poder del sexo jamás será más rotundo que un latido.
El poder del sexo jamás será más rotundo que un latido.
Unas miradas que se entrecuzan, unos ojos, un pequeño escote, una falda ajustadísima que deja entreveer un cuerpo excitante.
Entrada de un hotel, tarjeta visa, unas llaves que abren una delicada puerta. Habitación oscura, una cama de matrimonio, un sofá y unas aspirinas.
Alguién deja un sobre con dinero encima de la mesa. Cuerpos desnudos. Besos, caricias, gemidos......
Alguién recoge un sobre con dinero.
Dos besos.