Querida Paula:
¡Ay, a los milagros de la técnica! me he podido hacer con tu libro en cuestión de segundos, previo pago, obviamente, y con la satisfacción de aportar un poquito a la causa del colectivo Hetaira. Algunos párrafos me hacen sonreír porque sé perfectamente de lo que hablas.
Gracias (y te lo digo en público) por aportar sensatez y normalidad a un tema tan complejo como el sexo de pago. Últimamente los medios solo buscan las imágenes más sórdidas, las miserias de la prostitución pero a nadie le interesan las historias amables, la otra cara del intercambio de sexo, fantasía y compañía por dinero entre adultos que consienten. Hacer felices a las personas por un ratito debería estar mejor considerado. Lamentablemente algo tan natural y gratificante como el sexo se ha envilecido por una visión distorsionada y manipulada por culpa de nuestra educación judeocristiana. Aunque Paquito se murió hace muchos años, todavía pesa en nuestra sociedad la idea de la mujer buena esposa y madre, y las “otras”. Un hombre promiscuo es un Don Juan, un machote, una mujer liberada sexualmente es una zorra que no merece respeto.
Aunque nuestras experiencias vitales y la forma y razones por las que nos iniciamos en el sexo de pago son muy distintas, creo que las dos compartimos lo que es la función y el trabajo de una escort (acompañante y proveedora de fantasías) pero en España escort = puta cara. Las escorts cobran por tiempo y no por servicios y la mayoría de las veces los encuentros van desde dos horas hasta varios días, en el caso de viajes. A ciertos niveles, y para la escort que se inicia en la madurez, el enemigo no es el cliente, sino el estigma social, el no poder decir a lo que te dedicas aunque te encante lo que haces, a conciliar vida social y familiar con tu doble vida y a escuchar las estupideces que dicen algunas abolicionistas cuando nos llaman alienadas, muñecas rotas y nos tratan como si fuéramos retrasadas mentales. Pues no señores y señoras, muchas no somos ni adictas, ni maltratadas y algunas hasta tienen carreras universitarias y hablan varios idiomas, pero no por ello se sienten menos dignas por ser putas. El otro peligro para la escort es que el cliente se enamore o se encoñe. Y eso lo has expuesto tú muy bien.
Las geishas (que no eran prostitutas sino entretenedoras) aprendían su oficio en escuelas y eran introducidas en sociedad por la “hermana mayor”, otra geisha más experimentada. La escort independiente tiene que aprender a base de intuición y cometer errores, porque nadie te enseña. Libros como el tuyo, las biografías de otras escorts, la participación en los foros (ese mal necesario) es la única manera que tenemos de ayudarnos entre nosotras. Hacer la labor de la “hermana mayor” para las chicas que empiezan. Durante años mi Biblia fue “Madam Mayflower”, luego los consejos de mis amigas dóminas, por lo que para mí, mi paso por el escorting fue casi como un paseo por un chiquipark, pero no siempre es así. Lo peor que le puede pasar a una mujer es tener que iniciarse por absoluta necesidad económica sin que le guste el sexo. O ser muy joven, muy guapa y estar mal aconsejada. No hay nada más divertido que jugar con un pervertido inteligente y creativo, pero en la mayoría de los casos lo que se encuentran estas chicas son salidos sin imaginación. Caer en una mala agencia, lidiar con sujetos frustrados a los que en realidad no les gustan las mujeres, malean a muchos diamantes en bruto, y si los comienzos son malos, tiene mal arreglo. No te insulta el que te llama puta sino el que te pide que le dejes meter la puntita sin condón (que “eso solo lo hace contigo, claro, con las demás usa preservativo”. -“¡Ya! y en Irak había armas de destrucción masiva, ¡no te digo!”).
Me ha encantado tu definición de las pseudo-profesionales que tanto mal están haciendo por no ser ni pseudo ni profesionales. Compaginar otra actividad laboral con el servicio sexual no quita que te comportes como una profesional en ambos ámbitos.
Por eso gracias otra vez por dedicar parte de tu tiempo a dignificar esta profesión, y gracias a colectivos como Hetaira, a profesionales con un blogs llenos de información útil y otras muchas prostis, lumis o como nos quieran llamar por ser putas y buenas personas, que haberlas haylas.
Un cariñoso abrazo, y mucha suerte.
Su