Me gustaría saber quiénes no mienten en su trabajo. Día a día.
Al plasta: Lo siento, señor Sánchez, el señor Álvarez sigue reunido.
A proveedores: ¡pues claro que las condiciones que había hasta ahora eran de 90-120. Es que tú eres nuevo y vas vendido chaval!
A clientes, ¿qué buen gusto tiene su señora escogiendo, rojo metalizado y verde almeja pasada. Les va a quedar una cocina preciosa. Muy muy chic!
A las entidades financieras, inflando balances, ingresos, disminuyendo gastos, presentando presupuestos "presuntamente ya aceptados" para que te concedan el crédito que la empresa tanto precisa o para la renovación de una póliza de crédito; en esos momentos vital para la situación económica de la empresa.
A otros clientes que esperan un pedido: Estará al caer, en unos minutos está ahí, no se precocupe. La mercancía sigue en un almacén regulador de León.
La peluquera a su cliente más estrafalaria: Tinte color zanahoria con mechas verde sirena: Hija, Andrea, ¡estás que te sales!
En su banco: No ha podido adquirir mejor tipo de interés para su hipoteca, ni mejor entidad bancaria. ¡Enhorabuena! Y que conste, srxxxx, estas condiciones son sólo para ud. No comente nada con nadie...se nos iba a poner esto, con unas colas ¡que ni el C.I. en rebajas!

Se miente. La mentira es inherente al ser humano. Lo importante es no mentir en lo fundamental. Ser leal y honesto.
Aquí, hay poco que esconder. En cuanto te quitas la ropa...voilà! la verdad o mentira están ahí. Descarnadas (nunca mejor dicho).
E, independientemente del escaparate, cumplir siempre con lo pactado. Por ambos bandos.

Y a los delincuentes, ejerzan el proxenetismo, la trata, la esclavitud, fuercen a las mujeres a tomar drogas, a los maltratadores, a los paidófilos...ya lo hemos dicho hasta la saciedad: ¡A la cárcel con ellos!

Saludos

Paula