Iniciado por
vanesahadita
En este trabajo que implica tanto de una misma, el de compartir momentos intimos, entregar tu cuerpo... a veces es difícil el poder separar lo personal de lo profesional.La mayoria de nosotras lo conseguimos, pero pesa. Cuando veo a chicas de 18.19.20 años... pienso, niña corre, no lo hagas. Las ganancias són abundantes pero la factura que te cobra la vida siempre estará presente en diferentes cosas. Lo cuentes o no a tu entorno, la mente, los sentimientos, a veces nos deja malas pasadas. La soledad en algunos momentos duele. Yo hace ya dos años, después de ver cómo hay personas que no te quieren a ti si no a la imagen que tienen de ti, decidí comprometerme conmigo misma. Me regalé un anillo que es el que llevo puesto y me di cuenta de que cuando una está bien y es fuerte, con las ideas claras, nadie puede dañarte.
Cual de nosotras no se ha sentido en algún momento con el alma sucia o ha llorado tras un día de trabajo, más en los comienzos. Cuando todo eran sueños y utopias, cuando todo parecía tan fácil. En un momento dado te das cuenta de que si se puede llevar bien la situación, yo soy prostituta y hoy por hoy puedo decir que soy feliz, pero no siempre ha sido así.
En esos primeros pasos que dice Travesura, se quedó la inocencia y muchas lágrimas. El tener que mentir a la familia, al entorno y llegar un día en que te pesan tanto las mentiras que crees que vas a enloquecer. Un grito en silencio te parte el alma. Pero sigues, porque siempre hay que seguir. Después de todo, se topan con muchos señores que te tratan estupendamente y con los que compartes muy buenos momentos, pero siempre nos quedará que para muchos, no somos más que putas, que hacemos ésto porque se supone que somos barriobajeras, porque nos tiramos a la vida fácil, y resulta que precisamente si hacemos ésto es porque no lo es.
Un beso a todos y gracias Travesura por abrir este tema, muy interesante.