Después de acudir a sitios “valores seguros”, te puedo asegurar que Ana merece la pena. Ya no se trata de “lo que hace” sino “como lo hace”. Ese valor añadido la hace acreedora de tantas críticas positivas, y merecidas.
Están las cosas buenas, de lo bueno lo mejor, de lo mejor lo superior y de lo superior lo supremo.
Y subo la apuesta, los gustos son diferentes para cada uno, pero estoy seguro que nadie que haya probado una experiencia con ella, saldrá descontento.