era mi tercera visita a Dolce.
Había estado dos veces con Edurne, y por temor a la adicción, recordé que la primera vez también me llamó la atención Laia, que podría considerarse la catalana media, la típica chica mona que te encuentras por la calle, en el super, en la gasiolinera, etc, y que capta tu atención, sin ser una mujer de bandera, por su atractivo, su cara bonita y una simpatía desbordante.
Dió la casualidad de que cogió ella misma el teléfono, y ya por teléfono me gustó.
Pedí directamente por ella. Si ya conozco a las chicas prefiero saltarme el desfile previo, ya que nunca me ha gustado como sistema.
entró sorprendida al ver que no era alguien que repetía.
Me preguntó por si acaso si había estado con ella.
Le dije que no, pero que no la había olvidado de verla en un pase, opese a no haberla elegido entonces.
Es atarctiva y muy simpática. Catalanoparlante, que no ees alg fácil de encontar y muy natural.
morena, pelo largo, poco pecho , y delgada.
Buen cuerpecillo.
Ya en faena, evita besar e la boca, aunque si lo hace por todas partes, abundantes gemiditos, algo teatrera si es que no duisfruta el momento,. que nunca se sabe
Un muy buen francés.
Pero lo más importante del encuentro es que es toda una maestra en las artes del folleteo, sobretodo cuando está encima tuyo. Excepcional. De lo mejorcito, sin duda.
No tiene la altura, el físico de Edurne, pero lo suple con creces.
Una gran implicación.
Un tipo de mujer muy diferente en muchos aspectos, físico, carácter,etc.
Diría que me recuerda a la típica chica catalana, digamos que de provincias. Me recuerda más a compañeras que he tenido de pueblos, que a las de la capital.
Vale la pena. Un 8. El 10 está reservado
Saludos
Correcaminos