FECHA: Esta misma semana.
LUGAR: En el apartamento de Montse. Su calificación: perfecto. Próximo al Estadi del Barça.
WEB DE MONTSE: http://escortindependientebcn.blogspot.com/
WEB DE LUCIA: http://www.lemiragescorts.com/escorts/84/Lucía/Barcelona
PRECIO: A negociar.
DURACIÓN SERVICIO: Dos horas.
DESCRIPCIÓN FÍSICA: Responden a las fotos que publican. En la web consta suficiente información.
DESCRIPCIÓN DE LOS SERVICIOS: Su portafolio (¿a que es pija la palabrita?) es de lo más extenso y variado. Cubren, sospecho, casi cualquier fantasía, salvo el triple salto mortal desde trapecio sin red. A preguntar, con educación. El trato de las damas es inmejorable. Gran comprensión de que trataban con un viejo verde, verde, verde, necesitado de potente estimulación sexual para sentirse vivo.
FUMAN: En el apartamento de Montse es causa de garrote vil.
REPETIRÍAS: Si, naturalmente, cuando me recupere del post operatorio de arreglo de cervicales, contractura muscular general, insuficiencia respiratoria puntual, arreglo ortopédico de próstata, arritmia coronaria y de las agujetas grado 10. Es por causa mía, no se puede escalar un ocho mil sin la correspondiente preparación física.
DETALLE DE LA EXPERIENCIA
¿Queréis nuevamente subjetividad? Pues vuelven estas letritas a ser el mejor ejemplo. Y contento estoy de ello. Porque por una vez, y soy sincero, llevo bastantes años en el juego, la ilusión superaba el deseo. Ya sabéis, escriben en los foros y las leo, contesto, imagino situaciones y fantaseo, un poco de compadreo.
Os cuento, se que sois unos verderones, como yo. Pero aquí estoy, para ahorraros unos cuantos euros en la compra de un Play Boy. De nada.
Llevaba tiempo rondándome la idea de una buena entrada de año. Y más tiempo, he de reconocerlo, el realizar una fantasía muy especial, un trío en el que mi posición fuera de mero espectador. Participar, es lógico, pero sobre todo, lo primero y principal, el mirar, observar, ya sabéis, uno disfruta de la forma que sus entendederas lo permiten, pocas en mi caso.
Y como he dicho, cobrado el “bonus” del ejercicio - ¡sanguijuelas, lo que ha costado este año! - decidí ser un poco “malus” y destinar una parte al capricho.
Soy talludito, dato que siempre expongo, y aunque llevo unos años picoteando de aquí y allá, nunca había realizado esta fantasía. No me atrevía, no ya por mí, sino por las damas. Lo reconozco, no me fiaba. Hasta que leí la pequeña reseña de Montse en un foro. Era la pareja perfecta. Conocía a Montse por una cita con ella, de eso hacía tiempo, y me pareció una dama sencillamente exquisita, por trato, comportamiento, por su excelente saber hacer, por como me llevó y me fundió, por sus comentarios, en fin, porque era y es una apuesta segura.
Y que decir de Lucía, un encanto de niña, esos ojazos que te atontan, el saber que nunca podrás con ella, lista, implicada, juguetona, traviesa y dulce a la vez, dispuesta como Montse a llevarte a ese lugar del cielo, puro placer, que uno desea.
Reconoceréis que esta fantasía es estupida. No voy a filosofar, se que todos habéis pensado y soñado con ella alguna vez. Ver a dos damas dándose placer, entregadas, disfrutando de ellas, que las observe un tercero y ello les provoque aun más, sin que uno note el teatro, es algo absurdo. Porque de ser cierta, el que sobra es el tercero, es decir, “muá”. Pero así son las fantasías ¿verdad? Ves a dos damas disfrutar de sus encantos, dejas que gocen, y luego muestras tus atributos -¡aquí estoy yo! - y ellas, extasiadas, gozan de tu sexo y te hacen disfrutar (que, por cierto, en la fantasía mide 30 cm. más de lo que en realidad sobresale, muy tímidamente, del barrigón cervecero de mi cuerpo) y simulan descubrir con sorpresa y admiración la más falsa de las verdades que hemos impuesto: sin sexo masculino no existe el placer. Como veis, absurda y descerebrada estupidez. ¿Pero a que es deliciosamente golosa?
Pues así fue, tal y como quería. Y me pongo cursi, vi a una dama en la madurez de su juventud junto a una dama en la juventud de su madurez ofreciéndome y ofreciéndose lo que os he expuesto. No vi teatro alguno. Actrices de primera, del Liceo para arriba. Y si se dedicaron a mí olvidándose de ellas fue porque era el que montaba la fiesta, por educación, por profesionalidad, porque cumplen con lo que prometen, porque debían entre ellas descansar sino, seguro, me ignoran. Cosa por otra parte lógica, yo hubiera hecho lo mismo si fuera mujer, era el feo de los tres.
¿Cómo fue la historia? Solo os puedo decir que disfruté como pocas veces lo he hecho. Añado, si ellas dos se procuraron el 10 por 100 del placer que me provocaron, vamos a dejarlo en el 5 por 100 que no quiero que me toméis por pardillo, lo debieron pasar realmente bien, porque yo salí de ahí casi muerto, en discreta ambulancia, sin sirena pero con oxigeno, no exagero, temblando, con el pulso acelerado, sudoroso, agotado, resollando cual carnero entrando en el matadero, proponiéndome una vez más dejar de fumar, ir al gimnasio y tomar complementos, molesto por no tener 20 años menos, cuatro manos, cuatro pies, dos penes, dos bocas, un aguante eterno, por no ser en definitiva un gigantesco y voraz pulpo gallego y, sobre todo, por raro que os parezca, por no disponer de unas cuantas neuronas más que acompañen a la que en soledad, pobrecita, debió cargar con todas mis sensaciones y esfuerzos. Necesitada está de ello.
Ahora tocaría hablar de la implicación. Pero de ello ya habéis escrito con carácter general en exceso. Si os contaré brevemente una nueva versión, hoy me siento místico, esta aventura me obliga a ello. Implicación no es más que mirar, ansiar y, sin decir palabra, que te complazcan realizando tus deseos. Y así fue, sin más. Y todo, sorprenderos, en su exacto momento. No os miento, casi un milagro, y digo “casi” porque no vi por la alcoba merodeando al Espíritu Santo, aunque lo busqué, por aquello de que en todo momento fuimos uno siendo tres. Casi llego a entender el misterio.
He de dar las gracias a Montse y Lucía, a Lucía y Montse, nunca fue mejor aplicado el dicho de “tanto monta, monta tanto” sin Isabeles ni Fernandos, porque me han librado del infierno, algo que no iba incluido en el precio. Si, como habéis leído. Porque antes de estar con ellas ya me había ganado el averno, si al final resulta verdad lo que señala un antipático tipo en Roma que dice ser adivino y alemán. Pero cuando Satanás diga “Gerundio, por viejo verde púrgate en el fuego eterno” le contestaré “Un momento, espera, te voy a contar un cuento” y le relataré con señales pero sin pelos todo, absolutamente todo, de cómo fue esta aventura, lo que vosotros deseáis que cuente y me reservo, no por ser un caballero, son ganas de fastidiar, y me sentiré espeleólogo, ginecólogo, proctólogo y minero y, además, impertinente, machista y muy grosero. Se sentirá encantado, más por viejo verde que por diablo, se de lo que hablo. Y a su pregunta “Gerundio, antes de que entres en la pira, ¿tienes alguna otra aventura por contar?” estaré toda la eternidad detallando batallas, ninguna inventada, solo tendré que recordar alguno de los muchos tiempos de los que constó este encuentro. Da para esto y mucho más. Y mientras Satanás disfruta y yo, disimulando, me libero de ser asado, de reojo y sonriendo, se que sois unos agnósticos incrédulos, veré como todos vosotros os doráis en el fuego. Y ante vuestras protestas por el trato, ingratos, Satanás se volverá cabreado, iracundo y descompuesto, os dirá atronando “¡Queréis callaros de una maldita vez o avivo el fuego, penitentes por todos los pecados, que Gerundio con sus relatos al paraíso me está llevando!”. Pero que no se diga que no soy buen compañero, recordad mientras os fríen, aquí mismo conté a todos el remedio.