Iniciado por
Simunet
Esta tarde se aventuraba extraordinaria, ya que iba a tener un encuentro con una dama. Pero a penúltima hora, el encuentro se canceló, por un problemilla de salud de mi compañera de juegos. Si no podía estar con ella, no quería estar con ninguna otra mujer. Pero, claro, el tinglado ya lo tenía montado y como no me apetecía desmontarlo, aproveché la coyuntura y me dirigí a la Isla del Masaje….y lo que son las cosas, por pura casualidad, de entre las chicas que ví, me quedé con Luna, la chica con la que estuvo Darkside. Y digo pura casualidad, porque no recordaba (lo juro por Messi) que era ella la chica de la experiencia de Darkside. Me he dado cuenta cuando he entrado en este hilo. No, si todavía tendré telepatía con ese ilustre forero.
No voy a postear la experiencia porque es muy similar a la que relató Darkside y sería una reiteración. Sólo añadiré que, en mi caso, la conversación fue abundante y amistosa, sobretodo antes del masaje ya que nos tuvimos que esperar un rato hasta que hubiese una camilla libre. Es una chica muy simpática y muy guapa, de hecho, si la escogí a ella fue porque me gustó su cara, un rostro muy bonito. Y unos pechos, como descubrí después, preciosos, deliciosos. Además, es una gran profesional del masaje.
Por cierto, cuando Luna me acompañó a la habitación donde me masajeó, vi a varias chicas por el pasillo. Una de ellas era Judith, con la que estuve en mayo. Ella a mí no me vio. Está preciosa.
Para acabar, dos pequeñas anécdotas:
a) Al acabar, cuando salí del local, no recordé que para salir hay que apretar el timbre y, simultáneamente, empujar la puerta. No basta con apretar el timbre y después empujar la puerta. Tras tres intentonas, lo recordé y lo hice correctamente. Pero, claro, el ruidito que hace el timbre llamó la atención de una transeúnte, vecina de la zona sin duda. Se dio cuenta que alguien salía de la Isla y le picaba la curiosidad. Ella iba delante mío, dirección a la calle Calvet y se giró descaradamente para verme la cara. Era para decirle:”Me lo he pasado bomba, señora”.
b) Ya en la calle Calvet, vi a una chica preciosa, alta, rubia, de ojos azules, muy bien vestida, con botas de caña alta y tacón. Pensé: ¿te imaginas que es Belle? Estaba esperando un taxi, junto con otra persona. Evidentemente, no era Belle, ya se que trataba de una chica extranjera que hablaba castellano correctamente, pero su acento la delataba, de hecho, parecía Doña Croqueta: “Cuando mags lo nesesitás, no apagese ningún tacsi”. Lo anecdótico no es sólo eso, es que en la otra esquina de Calvet con Mestre Nicolau, una señora mayor también esperaba un taxi. Al ver que la hermosa rubia iba a la caza y captura del primer taxi que apareciera, la señora le espetó: “¡Yo estaba antes, eh, que hace media hora que estoy esperando a que pase un taxi!”.
Y es que las esquinas van muy buscadas