“Y la luna sabe.... morir de amor con Carla...”
FECHA DE LA EXPERIENCIA: Jueves 7 de Junio de 2007 a Viernes 8 de Junio
NOMBRE DE LA ESCORT: Carla82 de www.forosx.com
LUGAR DEL ENCUENTRO: Hotel la Florida (Ctra. L’Arrabassada) www.hotellaflorida.com
El encuentro en Francesc Macia...
.... las 19:10 me había dicho que tenía muchísimas ganas de que nos conociéramos ya, después de tanto tiempo de programar nuestro encuentro. Esa era mi exacta percepción y sentir.... igual que la de ella. Había generado una expectativa especial, sobre todo después de conocernos ya tan especialmente y por largo tiempo....
Y eran las 19:15 y allí estaba, era ella no había duda. Sí, es cierto, había muchas chicas, y la terraza del Bar donde habíamos quedado estaba repleta, y había otras chicas con una blusa rosa y bonitas también, pero no eran ella. Así que la vi, inmediatamente identifique que era ella, me acerqué hasta ella, estaba allí de pie, observando uno de los aparadores, sostenía un neceser de color verde, sonrió exquisitamente, nos miramos, no dijimos nada más, estaba muy contenta, su rostro al verme me transportó a una deliciosa sensación de bienvenida profunda....
correspondí a su bonito gesto, sujeté su maleta y su bolsa, la lleve hasta el asiento del coche, y empezamos nuestro ansiado ascenso al lugar donde nuestro encuentro iba a tener lugar.....
Era preciosa, es preciosa, estaba encantadora, es encantadora, vestía blusa ceñida y una falda de corte ejecutivo ajustada a la perfección a su bonita cadera, tipo Burberry, muy elegante, zapatos blancos y un aire sofisticado y una presencia significativa. Ahora también recuerdo otra experiencia y un comentario de uno de los apreciados foreros participantes que manifestaba su percepción del aspecto femenino exquisito de Carla, y su predilección por las damas que visten vestidos o faldas, es mi pensamiento también, el mismo, vestidos y femeneidad van de la mano...
..... Rubia, guapa guapísima como otro querido forero dijo muy acertadamente recientemente..... delicada, conciliadora, nada ausente, muy cercana, empezó a acariciarme el brazo mientras subíamos a cielo abierto por la carretera de l’Arrabassada.... Sonrisa de ángel y maneras de Escort sofisticada.... pero dulce dulcísima también... Coloquialmente se diría “un encanto”....
¡Que decir! , poco, muy poco, porque todo es muy poco hasta que se la tiene cerca, cerquísima y se la ama en silencio y en palabras y con la mente.... sobre todo con la mente.... es apasionante en la conversación, dulce en su manera de hablar, sofisticada, enigmática, melosa, equilibrada, discreta y al mismo tiempo sensual, exquisita en las elecciones y muy amante y conocedora de lo exclusivo y distinto.... Conoce matices de tejidos y habla entusiasmada de ellos, transmite ese entusiasmo y uno queda amándola... o escuchándola absorto que a los efectos es lo mismo.... o sucede al mismo tiempo....
Terraza....
No podía dejar de mirarla, allí tan cerca de mí, podía sentir su respiración a escasa distancia..... la vi entrar en la Suite 312, la vi sorprendida por todo: Un sueño de habitación, los ventanales, la cama, las vistas, los detalles, el ambiente.... la rosa encarnada en la cama y por el centro precioso de rosas, también la vi salir i entrar de estancia en estancia, la vi caminar, la vi abrocharse y desabrocharse, la vi inclinándose para llevar una de las fresas a sus labios, la vi morderla, la vi sostener la copa de cava, la vi en mil suspiros, la vi cruzándose mil millones de veces delante de mí, y en todas, absolutamente todas y cada una de ellas, inclinarse hacia mi entregarse melosa, enigmática, y adorablemente intensa, y la vi satisfecha, muchísimo, encantada, tratando de verse a si misma, sin tener que ver cuanto estaba oculto y a la vez a la luz. Todo lo que estaba era lo que era y la luz no miente y lo iluminaba y a ella también la iluminaba, y es preciosa y yo la vi así. La vi azorada y también la vi exultante, encantadora y siempre amable, de amabilidad pura y sincera sin pretensiones.
Encantada y a la vez ausente, incluso me permití la licencia de traerla de vuelta hacia mi de nuevo en su ausencia, mientras se dejaba conducir desde su cristalina y transparente simplicidad hacia mis brazos de nuevo, con la mirada perdida en el vacío.
Se dejaba abrazar tanto como si mucho, no fuera lo más mínimo y tan intensamente como si en ningún momento fuera suficiente. Seguro el masaje previo del que habíamos disfrutado había contribuido muy mucho en ese estado de languidez y abstracción.
Su piel, de una textura agradable y aterciopelada, y sus manos sujetándome para que permaneciera allí a su lado, acompañándola en un momento al parecer especial para ella en el que todo se resumía en estar allí simplemente, parcialmente cubierta con el albornoz, con los ojos cerrados y dejándose acariciar por la brisa que desde el mar y a esa corta distancia visual llegaba hasta nosotros.
Fue impresionante, el silencio, el momento, el increíble silencio, insisto, y el calor que su cuerpo desprendía a través del tejido. ¿Como era posible? La bulliciosa e iluminada ciudad, literalmente a nuestros pies, como si estuviéramos en el palco de un anfiteatro en el que la ciudad era el escenario y el telón las cortinas que cubrían los ventanales y todo se resumía en un silencio que provocaba la más intensa de las congojas.
Entonces la entendí, ella, introspectiva, perdida en sus pensamientos, sensible en extremo, ya estaba sumida en ese marco de existencia preciosa en la que le apetecía simplemente permanecer allí. Como un deseo más, esperado, como la consumación de un momento que si se producía, ella, sin duda, iba a disfrutar a todos los efectos por que era suyo, le pertenecía... y al parecer, se estaba produciendo....
Elipsis deliciosa y apabullante desde uno de los balcones del Hotel la Florida en la cima de la Carretera de l’Arrabassada.
Retrospectiva....
Ambos lo elegimos, fue una exquisita y casual convergencia, mientras buscando el lugar adecuado para el tipo de cita que ambos anhelábamos leímos de un delicioso Restaurante llamado L’Orangerie....
En cada mensaje se iba produciendo naturalmente el perfecto marco para una vuelta de tuerca más, era como si ya estuviera anunciado, ni ella ni yo pudimos darnos cuenta y ya habíamos configurado el perfecto marco para el encuentro. No cabía menos que extender la invitación a permanecer una noche completa en una de las Suites de ensueño que configuran el conjunto de ese maravilloso Hotel, donde los haya, marco y emplazamiento inolvidable, para ambos, que sirvió de paladín perfecto para inminentes encuentros furtivos en la terraza de la habitación.
Vestido....
Aún la veo frente a la cama, enfundada en el vestido, color cava, con un sugerente y elgantísimo escote palabra de honor, se ceñía a su cuerpo al detalle, revelando formas adorables y exquisitez. Delicada e imponente, impresionantemente mostrada y mostrando, mezcla de piel y texturas de tejidos, exquisitamente disponible, girando sobre si misma, como amable respuesta a mi petición, tan lentamente como los interminables tacones de aguja de los Gucci le permitían, momento en el que tuve que confirmar, totalmente entusiasmado que mi respuesta era: sí, sin duda, preciosa, encantadoramente sensual y de elegancia indefinible.
Como iba a siquiera imaginar ella, tan encantadora que habría una respuesta distinta cuando en una más, si cabe, de esas muestras de encanto, me sugería que por favor diera mi opinión al respecto del conjunto que había traído en su pequeño equipaje para la ocasión. Aún la veo abriendo armarios y colocando sus cosas junto a las mías....cerca, tan cerca como ella estaba en ese momento de mi....
¡Y la respuesta era tan evidente !.... Puedo decir que después de recorrer multitud de lugares, el Hotel La Florida es el marco ideal para llevar el más precioso, elegante, extremado y atrevido de los vestidos, si, aunque fuera para tan solo dejarse conducir a una cena romántica. Y lo dejo escrito, como una opinión, para tantas escorts que deban considerar desplazarse a ese lugar y como vestirse...
Fue como un acto reflejo, en el último medio giro sobre si misma, me vi casi en la obligación de acercarme para sujetarla. Jamás olvidaré su porte excelso, y la visión de ese vestido color cava absolutamente perfecto para ella, y su belleza y esa sufrida y aparente fragilidad que me conducía a asegurarme de no soltarla de la mano en ningún
momento hasta cerciorarme de que ya estaba sentada en el restaurante.
Instante este que me regaló la perfecta visión de su escote y la más revelada de las coquetas y atrevidas transparencias. En lo más profundo de lo invisible se vislumbraba la escasa prenda de lencería que momentos antes ya había visto en su cuerpo.
Tan solo recuerdo un momento en el que la dejé ¿Quizá un segundo? desde la habitación 312, por los pasillos enmoquetados, en los que los Gucci pisaban deliciosamente sosteniéndola grácil y sensualísima. Fue mientras daba paso a dos damas Americanas de edad, previamente, para que accedieran al ascensor, un momento imprevisible en el que me di cuenta que no la tenía al lado, sino frente a mí, mirándome, tranquila y sabidídisima de bonita, y muy comedida.
Femenina deliciosa, ella estaba allí, entre la piel y su vestido, de tenue transparencia, el vestido, de adorable presencia, ella, de deliciosa y sensual, su piel y su aspecto.
Me gustó tenerla a escasamente metro y medio, mientras el ascensor iba descendiendo hasta la planta del restaurante “Orangerie”
No fui el único complacido, evidentemente, ¿como no?, aunque ella sea de una deliciosa modestia, no puede evitar que la más apabullante de las verdades conceda licencias al atrevimiento, como fue el caso: Las dos damas que nos acompañaban en el ascensor, no pudieron evitar decir en voz alta, rompiendo el silencio del descenso “What a lovely dress, Lady” “So Lovely”......
Quería callar, no quería protagonismo más que el que era evidente y estaba allí para goze y disfrute de todos, pero no pude hacerlo, ardí por dentro hasta arrancar un “She is so lovely too” ...... y llevármela bien sujeta de la mano justamente cuando la puerta del ascensor se abría y ella salía tan pegada a mí como azorada. Ella sabe lo que ocurrió cuando intente conducirla hacia la puerta del restaurante y noté como intensamente ella tiraba en dirección totalmente opuesta hacia un rincón para indicarme que esperáramos un momentito, que estaba sonrojada, Sonreí y no pude evitar atraerla lo mas cerca de mi para besarla. Eso es sencillo cuando tienes una preciosa chica alzada en unos talones interminables y además esta azorada.
El beso fue corto pero intenso. También es evidente que fue un gesto de oportunista, del que no me arrepentí... en absoluto...ni de este ni de ninguno de los muchísimos que tuvieron lugar.
La cena, que decir, sin palabras, en un marco precioso, una mesa redonda para ambos, una cierta distancia sugerente. Justamente tenía el margen suficiente para solicitar su mano en momentos puntuales para besarla, quizá también en más de una ocasión y muy a pesar de todo, también me levanté e incliné para besarla en los labios.
Ambiente totalmente clásico y al mismo tiempo exquisito. Un servicio totalmente acorde con el nivel del Restaurante y una de las más exquisitas cenas, en la compañía de la que es hasta el momento la más elegante, imponente y preciosa Escort con la que yo jamás antes haya estado en un lugar de esas características.
Tuvimos momentos particularmente nuestros, en los que fuimos descubriéndonos entre preguntas y respuestas. E incluso Repetimos alguno de los entrantes, quizá fue por la coincidencia de tomarla los dos en el mismo instante y al paladearlo descubrimos que era sublime, tan simple y al mismo tiempo tan delicioso. Recuerdo su expresión de encantadísima, sin duda fue la mía también, en mi caso con doble sentido.
Propusimos un vino acorde con el paladar que a ella más le seducía, nos dejamos aconsejar. Lo catamos juntos, ella asintió y sonrió y la decisión cursó inmediatamente, un Abadal Reserva 3.9 de Masíes d’Avinyó..... decir que fue nuestro acompañante amable y delicioso durante una cena inolvidable, eterna larguísima con contenidos sorpresa que quedarán grabados en mi memoria y seguramente en la de la adorable dama que me concedía el placer y privilegio de su compañía durante una noche.
Desvestirse, bañarse....
....mis manos empezaron a recorrer su espalda sin prisas para deslizar el precioso vestido de noche que había estado luciendo para placer de todos cuantos la vimos preciosa. Cierto tan adorable ella con su vestido y sus zapatos, altos altísimos de morirse, y al mismo tiempo perfectos de vivir intenso y exquisito. Perfectos incluso hasta el punto de sentir cierto pesar en el momento de desprenderse de ellos:
Subimos tan adheridos el uno al otro como flotando por las alfombras del encantador Hotel en el que estábamos, y allí estaba al final del pasillo, frente a nosotros, a escasos 20 pasos y una llave. Eso y la incertidumbre de lo desconocido y vastamente deseado....
Y la puerta se abrió, y la puerta de cristal glaseado del acceso al baño se deslizó frente a ella, y la luz de las velas repartidas por doquier iluminaron su belleza, y ella y su belleza se iluminaron de brillo en los ojos y ambos se llenaron de sorpresa y de sensaciones, y sus manos penetraron el agua caliente, y sus ojos me atravesaron entre sombras y vapor tenue, y el olor a rosas inundó todo....
y el vestido no quería seguir allí, y ella no quería permanecer allí tan arriba en los talones, y de ellos se desprendió ella, y en cuanto al vestido:
Lo fuí deslizando lentamente, conducida a estirar los brazos tan alto como fuera posible, allí estaba, tenía su espalda tan cerca y su vestido progresaba descubriéndola desde abajo, mostrándome con detalle cuerpo y piel, mezclados a partes iguales en conjuntos deliciosos, lencería finísima en negro intenso satén, y sus brazos languideciendo ahora con su cuerpo mostrado, y mis manos sujetándola, acercándola a mí, a dos escasas prendas de su deliciosa desnudez no podía dejar de mirarla, rubia, de mirada rasgada, felina y profunda, facciones puras y definidas. Su cuello, sus brazos larguísimos, sus manos femeninas de lo más, uñas arregladísimas perfectas, manicura francesa. Allí la tenia sujeta mientras ella se desprendía de ambas dos prendas para dejarse conducir en silencio hasta el baño que nos esperaba. Baño caliente que resultó ser más caliente y traicionero de los esperado. ¿Verdad preciosa? Ella sabe.... pero finalmente entró y le gustó......nos gustó.....
....su cuello y mis dedos recorriéndolo, conduciéndola hacia mi, desde él, hasta que el sofoco del inmenso calor la sumió en un pequeño desvanecimiento, que la dejo en mis brazos sosteniéndola con extremo cuidado y llevándola a dejarse acariciar por el aire fresco y puro y el infinito que la terraza nos prestaba amable...
Estuvimos jugando con la luz, o quizá fue esa misma luz la que nos acompañó continuamente desde la misma tarde en la que al fin, después de meses de estar intercambiando mensajes y propuestas de acercamiento, consiguió definir en cada uno de nuestros perfiles la imagen con la que habíamos estado viviendo entre misterios revelados.... en ese permanente enigma de exquisiteces contenidas que es ella.....
Era como salir a un escenario donde tan solo la luna en cuarto menguante había sido invitada a ese atípico atrevimiento entre cuerpos. A ella no le importaba, estaba literalmente extasiada por la simplicidad con la que todo se estaba produciendo... y al parecer a la luna tampoco, e inició un perfecto transcurso cenital guiando nuestro deseo como si de un perfecto dirigir se tratase.
Atrevimiento, sexo y la luna...
... La tenía allí, estaba amándola, y nunca antes pronuncié tal expresión tan conscientemente de su significado. Recorría, con mis manos, no sin cierto desasosiego, su piel, observándola con detenimiento, cuerpo de deliciosas formas, exquisitamente bella, como esculpida a fuego y a llanto. Si, a llanto, llanto de lágrimas que seguro derramaron en el cielo los mismos ángeles que consintieron en entregármela como glorioso presente en una noche que me marcaría mucho más allá de lo siquiera previsible. Y a fuego que abrasa hasta dejarte el corazón en ascuas, desvalido, al descubierto, deseoso, ávido de poseerla, codicioso de abrasarme a su lado de arder literalmente de pasión....
Sus besos.... candentes y dulces de dulzura exquisita y su aliento en mi cuello, acariciándome en susurros que me desgarraban cada vez que presentía la más mínima intención de acercarse y marcarme, como lo hacía, a hierro candente. ¡Quería morir...! morir de muerte antes que vivir un segundo más, siquiera, imaginando el momento más insignificante de vida en el que ya todo lo demás no fuera seguir temblando como en ese instante, y no soportar no hacerlo por miedo a tener que aceptar irremisiblemente que el tiempo no se estaba deteniendo para siempre, indefinidamente.
Tan solo nos quedaba el consuelo, entre amagos de asaltos y retiradas, de mirarnos y confirmar que realmente lo que nos estaba ocurriendo estaba sobrepasándonos a la vez, y por lo tanto ambos reaccionábamos como podíamos o mejor sabíamos ante tal sorpresa.
.... de que otro modo sino podríamos explicar que permanecer allí semidesnudos en la terraza, hipnotizados por la luna, nos invitaba a abandonarnos al exquisito juego de mostrar i negar, alternativamente.... un desliz que descuidado enseña a la luna su cuerpo, y mi intención inicial de volver a su lugar esa prenda descuidada para devolver a su escondite especial de nuevo a ese exquisito tramo de piel que esa luna voyeur se encargaba de iluminar para mi deleite.
Sin prisas, a fin de cuentas, ¿porque esconderla? si mirarla me excitaba, casi tanto como volver a taparla. Percibir su mirada extasiada y sus manos en mi espalda literalmente imantada a mi.... sus muslos cálidos y mi mano en su cuello, sus besos atravesándome y mis dedos recorriendo entre muslos la mas deliciosa humedad.... gemidos y más besos intensos, retirada i más piel que volver a tapar, el momento ya se encargaría de volver a descubrirla para mostrármela de nuevo....
Y así fue una y otra vez en un eterno intervalo de tiempo en el que la luna sabe lo que ocurrió... La recuerdo excitada, deseosa, y romántica..... encantada y al mismo tiempo azorada... Atrevida y sensual, húmeda, rociada de deseo, acuosa y lasciva entre mis dedos.... y la luna sabe porque también tuvo ocasión de oírla romperse en la noche, entre silencios y oscuridad, quebrarse y abandonarse casi al unísono, en un orgasmo maravilloso que me dejó literalmente confuso y emocionalmente aturdido...
Nuevamente tenía que sujetarla porque estaba absolutamente extasiada y mareada.... pero ¿quien había decidido lo que iba a ocurrir y porque estaba ocurriendo de esa manera? Siempre deseé esa intensidad hasta esa pequeña muerte que asusta y te pone inmediatamente en guardia.... Olvidas todo y sigues allí temblando junto a ella, no puedes retirar la mano del acuoso lugar donde sigue porque aun se esta produciendo toda esa cascada de espasmos y la presión de sus muslos no te deja ni siquiera empezar a decidir cuanto tiempo vas a seguir permaneciendo allí, porque eso ya no tiene ningún sentido. Lo único que se te ocurre, además de sostenerla, empujando literalmente su bonito cuerpo contra la pared de la terraza, es separarte lo suficiente como para recuperar sus ojos y verla extasiada.... y dejarte seducir de nuevo por un nuevo espasmo.... seguir observándola allí, ingrávida, llena de luz de luna y temblando semidesnuda con la toalla atrapada entre su espalda y la pared y sus muslos encendidos, ardiendo.....
mientras la tenía allí, esperando que se recuperara, volví a cubrirla, y vi su piel marcada por los signos de la pared a la que había sido impulsada violentamente por esa catársis inesperada..... aun ahora mientras escribo resuena en mi memoria ese anuncio proviniendo de sus labios; impulsado a la noche : “He de cridar, vull cridar, agafa`m” , me quedé petrificado, evidentemente que la asiría firmemente, ella simplemente quería asegurarse de que cuando se desvaneciera al menos yo estuviera preparado para mantenerme firme sosteniéndola.
Y la luna sabe que permanecimos allí durante, no se cuanto tiempo..... disfrutando de todas y cada una de las sensaciones, indistintamente, de todas al unísono y de cada una de ellas individualmente..... más juegos y mas besos, tantos como caricias recorriendo su cuerpo entregado al placer.....
y la lleve a la cama...., y dejamos la puerta de la terraza abierta para que la luna siguiera observando cuanto seguía sucediendo..., y empezó a recorrer mi cuerpo y me abalancé sobre ella y la tuve intensamente iluminada, la miraba y la deseaba, permanecía allí postrada en la cama, mirándome y la recorrí con besos, y en cada tramo dejé mi deseo como rehén para volver posteriormente a pagar en cada uno de los tramos el rescate de vuelta.
Su piel y la luz de luna que entraba de lleno para iluminarla y los jadeos que procedían de su garganta.... manos que se buscaban para asirse la una de la otra cuando se iba a asaltar alguna zona especialmente sensible... la tuve en besos íntimos, entre el negro satén de su lencería y su sexo.... no quería que se desprendiera de ella, la quería allí postrada frente a mi, besando tela, tejido delicioso suave y caliente, sabía perfectamente lo que había a menos de un milímetro de grosor, y pensarlo era tan excitante como ver que a ella le encantaba tal cual estaba sucediendo.....
El movimiento de su cadera, preciosa, reseguía cada milímetro entre piel y tela, hasta que no pude aguantar más y antes de darme cuenta ella ya estaba contribuyendo a desprenderse de ella mientras yo acababa de deslizarlas por sus muslos, a través de su pierna hasta desaparecer entre sábanas.... Allí estaba también iluminado, de lo mas apetecible y completamente rociada..... su ansia, mi entrega, los besos, la intensidad, el silencio, el profundo estupor, sangre inducida, piel estimulada y momentos de besos íntimos, sus ojos, y la luz de la luna, sus gemidos y el silencio de nuevo, y de nuevo el orgasmo, el abandono, mi reposo en su vientre, sus manos en mi pelo, mi aliento rebotando en su piel y devolviéndome una particular mezcla de aromas... Su voz, y las palabras que contenían, su abstracción y la paz que transmitía otra vez, su cuerpo yaciendo paralizado, inamovible....
El éxtasis y su sonrisa, sus ojos y mi cuerpo, su intención y la manera como vino hacia mi, sus labios besándome, aun jadeando, como empezó a sorber de mi cuello y a deslizar sus uñas por mi pecho, preciosas de gatita atacada y provocada, jadeos y búsqueda de sus labios, se retira y se acerca me deja su boca y la tomo me mira y se desliza a través de mi vientre, delicioso, que cálida y que exquisita manera de reducirme.... estaba paralizado, tenia sus labios cubriendo mi sexo, allí estática, lenta, premeditada y su mano en mi vientre, sus uñas en mi costado, ...... se volvió a mi, yo la quería de nuevo, una mezcla de profunda ternura e intenso deseo de volver a conducirla al límite.... era exquisita, sabía que yo quería que se detuviera sin tener que decirle nada, sabía que yo pensaba en estimularla de nuevo porque necesitaba volver a verla temblar y desvanecerse......
Me dejó allí excitado, mirándola, se insinuó, recorrió su cuerpo con las manos y me susurró que necesitaba algo, que efectivamente fue a buscar, me pidió que la penetrara y que quedara allí observando como iba entregándose a su propia provocación. No se me hubiera ocurrido moverme por nada del mundo. Tuve la sensación de estar perfectamente conectado a su mente, siguiendo el guión no programado que ella quería que sucediera, que era exactamente el mismo que yo pretendía, esa búsqueda incesante de una cadena de orgasmos y eso fue lo que empezó a suceder, uno tras otro.... .... el regalo perfecto para mi...... por fin esa secuencia que yo deseaba ver en una dama...... vibración y convulsiones, gritos y un espasmo, sus manos apretando la mía y ella allí encima de mi, elevada en su más elegante presencia adornada aún por luz de luna.... como una Psike perfecta, pausada, entregándose a esa secuencia de éxtasis. Era adorable. Al margen totalmente quedó si yo quería o no catapultarme hacia ningún lugar, no tenía importancia ante tan atípica y gloriosa secuencia.... Como era aquella de conseguir la madurez de la prioridad más primaria.... Era ella y lo que estaba sucediendo en su mente, y su cuerpo que se dejaba alimentar por ella y las vibraciones intensas, y mis manos en sus caderas.... Sus gemidos y el silencio mezclados de nuevo..... gritos y más intensidad y sus ojos de nuevo clavándose en mi..... Yo paralizado y ella gozando.....
Muriéndose lentamente, la observaba tan preciosa y excitada..... y el olor de su perfume desatado por el sudor.... sus venas dilatadas y la boca entreabierta, la perdida del control, sus ojos totalmente desencajados y mis manos sosteniéndola ahora con todas mis fuerzas justamente por debajo de sus bonitos senos.....su cuerpo apoyado en mis brazos y los temblores y otra vez el éxtasis, y su voz solicitando que no la dejara, y más espasmos, interminables..... tuve que dejar de mirarla porque las emociones me desbordaban, ....
¿Que estaba sucediendo? Es que ella sabía que eso es lo que me convulsiona? ¿o es que simplemente estaba sucediendo también lo que ella deseaba?, era totalmente convergente como una perfecta correspondencia de intenciones..... y mientras aún fijaba mis ojos en esa luna que me estaba ya pareciendo una Voyeur particularmente incisiva, percibí como Carla caía desvanecida en mi pecho y quedaba allí, abrazada, extasiada, satisfecha y de nuevo muy mareada.... casi diría muerta de placer.... ese morir de amor que se define como “La petite morte” Momento orgásmico donde los amantes se pierden. ¿Qué mujer no ha dicho alguna vez a su amante: querría morir en tus brazos; qué varón enamorado no sugirió alguna vez : haz de mí lo que quieras? Víctimas ejemplares que se abandonan con gozo a la perdición, a ese misterio atroz y fascinante por el cual los cuerpos someten al ser, lo embriagan, lo destruyen. La voluntad de poseer por entero al objeto amoroso. Poseerla era más de lo que hubiera deseado pero, ahora, después de ver hasta donde era capaz de llegar, se convirtió en una pulsión irrefrenable, en una locura por Carla.
A veces la locura de los sentidos ha señalado el camino, otras veces lo hace el sentido común, que rechaza la idea de muerte; pero el amor loco (l’amour fou) a veces la acepta y otras la reclama. Ahora allí, en la Suite 312 del Hotel la Florida, estaba siendo reclamada la muerte de placer, de amor intenso consumado.... y allí la tenía muerta en mi y yo muerto en mis pensamientos, abstraido ya que todo acababa de suceder, como un punto y final definitivo, no cabía más, no era necesario, solo abrazarla, hasta que se durmió....
y permanecí allí aturdido entre rememoraciones de momentos agudos de una fiesta que la naturaleza celebra y ambas tienen el sentido del despilfarro ilimitado en contra del deseo de durar que es lo propio de cada ser y afirma que el sentido último del erotismo es la muerte. Y yo había muerto literalmente junto a ella, muerto de amor, de placer, de éxtasis, de catarsis total y abrumadora..... maravillosa criatura Carla, que me habia regalado la vida muriéndose de amor a mi lado.... y allí estaba ahora, a mi lado...
No dormí en toda la noche, la tuve en brazos y mis pensamientos se perdían.....recordé unas palabras....del marqués de Sade, decía en su obra Justine que "no hay mejor medio de familiarizarse con la muerte que aliarla a una idea libertina", y nos propone un hecho angustioso: que el movimiento del amor, llevado al extremo, es un movimiento de muerte.
Eso es “Morirdeamor” y como no tenía seguro que había ocurrido en su bonita existencia justamente antes de dormirse, por eso me pasé la noche asegurándome de que seguía respirando.... Estúpido, lo se, la estupidez también forma parte de la locura en la que todos vivimos cada día, y en la que nuestros deseos yacen ocultos....
No existe más que un abandonarse al exceso, o sea: a la violencia del deseo... l la violencia del orgasmo que sacudió a Carla fue abrumadora y yo me llevé el placer elevado a todos los exponentes posibles, bueno y también la luna, ella sabe...
Hasta el punto de seguir en ese estado también cuando nos despertamos juntos, y cuando nos mirábamos desayunando en la terraza, donde el silencio fue el factor común o mientras nos vestíamos y arreglábamos para abandonar la habitación o cuando descendíamos a cielo abierto con el coche, por la carretera, mientras su pelo ondeaba al viento...
Silencio continuo y mínimas palabras, ambos habíamos quedado en un cierto estado catatónico, en el que aún me confieso, y que a medida que la mañana siguiente fue transcurriendo, y fuimos paseando por el Paseo de Gracia, entrando y saliendo de tiendas, tomando un refresco, comiendo juntos en un Japonés, fue recuperando esa supuesta vuelta a la normalidad, que en mi caso no fue tal, porque aún no he vuelto a ella, supuesta o no.
Tampoco quiero volver a ella prefiero quedar en este estado, Carla me lo regaló amablemente....(es mío)
Y este relato, además de otros que tu atesoras, ahora es tuyo Carla, tu lo sabes, se que mucho, tu me lo dijiste. Solo quedo a tu lado, como también sabes, tuyo también....(Yo)
Agradecerte es poco. Me dijiste que el tiempo te pasó como una exhalacion, casi un día como un instante.... a mi también.... es nuestro ( el momento) de ambos..... hay más pero es demasiado para escribirse. Lo que hay es suficiente, incluso algunos pensaran mucho, y honesto.... sucedió así, y tu lo sabes... (es de la luna, ella sabe.....)
Lo vivimos juntos, nos marcó a ambos, lo leímos juntos (ya sabes donde) ahora con tu permiso ya concedido, ambos lo dejamos entre los nuestros para que también sea de ellos..... lo que no ha sido escrito es nuestro (de nosotros) y la luna sabe......
Carla, Abrazarte hasta ver como te dormías en ese estado de abandono es lo más bonito e intenso que me ha pasado en la vida...
P.D. Es tuyo también (de la que es nuestra, también, de Carla y mia) ella también lo sabe mucho...... ¿lo sabes verdad...? porque somos tuyos..... mil millones de besos nuestros para ti Nora...
Tuyo, vuestro..., (de ambas)
Morirdeamor