Buenas tardes a todos, sin más dilación voy con la experiencia.
FECHA DE LA EXPERIENCIA: 20/02/2007
NOMBRE DE LA ESCORT: Inés
WEB: http://www.mundoanuncio.com/anuncio/las ... 08075.html
DIRECCIÓN(si fuera el caso): Nunca lo hago, pero esta vez mejor avisar: c/Fontanella jto. al corte inglés.
TARIFAS APLICADAS: 100€ 1/2 h.
DETALLES DE LA ESCORT: Dominicana, cercana a los 30, piel morena, pelo negro y liso y una sonrisa realmente preciosa. Físicamente la encontré muy atractiva, más que al resto y con diferencia.
Me da una tarde ociosa por llamar a este anuncio buscando a la chica de pelo rojizo de la foto. Total, por las tarifas que aplican no está de más salir algún día de aventura, pase lo que pase no iba a salir muy caro. Me responde la madame en catalán y lo primero que pienso es que me conoce y que por eso me habla así (una gota de sudor frío me empieza recorrer la clenxa del cul). Me da la dirección y me comenta que no hace falta realizar reserva. Malo, ya empezamos con las tiranteces y los malos rollos.
Llego al piso y me encuentro con un recibidor con una cortina delante. Me sienta detrás de la cortina y me hace el desfile. Empiezan a presentarse toda clase de rusas pálidas, alguna con aspecto desnutrido, y ninguna es como la del anuncio que iba buscando. Menos mal, repito menos mal, que se presenta Inés sonriendo abiertamente y me decido por ella al primer instante.
Me acompaña a la habitación que había al lado, nada del otro mundo pero la cama es redonda. Me comenta el tema de la higiene, cosa en la que coincidimos plenamente ambos, y me acompaña de la mano al lavabo. Ahí empezó una de las situaciones más absurdas que recuerdo. En el piso solo pude contar dos habitaciones, la mía y una al lado ocupada por unas rusas. Me lleva por un pasillo con más cortinas a modo de habitaciones individuales, unas 4 o 5. Dudo en ese momento si estoy en un piso con una escort o en un fumadero de opio. Mientras iba al baño, que para más inri estaba ocupado, todas las chicas iban mirando a ver quién pasaba y quién dejaba de pasar. Como el que está en la terraza de una plaza.
Regresamos a la habitación y me comenta que lleva 11 años trabajando en esto y que una tónica que define a las chicas del este es que son unas curiosas y unas metomentodo, que siempre están ahí para controlarlo todo y pegarse sus charlas luego. Me alegro entonces de haber elegido producto latino y de haber sido amable y educado desde un primer instante.
El servicio fue estupendo, Inés es una chica muy divertida y agradable con una buena conversación. Me quitó la ropa, me tumbó en la cama, se desnudó y me hizo un francés con de fábula. Después de un rato así, veo que me voy a ir y le digo que cambiemos de postura. Se tumba en la cama, se lubrica el ano y levanto sus piernas por encima de mis hombros. Poco a poco la voy penetrando con cuidado a medida que ella me va dando paso libre hasta que deja de notar molestias y empieza a gemir. A medida que iba entrando más, la agarro por el culo por los lados y se la meto hasta el fondo. Así durante el cuarto de hora que me quedaba. Me corrí cantidad de a gusto y me obsequió con otra espléndida sonrisa. Seguimos hablando del tema rusas mientras me vestía, se la notaba asqueada de ser la única latina que había allí, y me acompañó hasta la puerta no sin antes asegurarse de que no iba a haber nadie observando o dando tumbos por ahí hasta que me fuese. Menos mal que elegí a Inés.
En resumen, una gran faena para una mala plaza. Repetiría únicamente por la chica que estuvo sensacional, pero aquello era muy, pero que muy cutre.