Amigos del foro,
soy usuario de este foro desde hace ocho meses y uno más de este mundillo desde hace unos dos años.
Me he gastado mi pasta (como la mayoría de vosotros) y he difrutado de algunas de las escorts más guapas. Sin embargo, he llegado a la conclusión (ayudado por una transmisión de Candida-hongos) de que lo que hacemos, tanto desde el punto de vista de usuarios de escorts como de las propias escorts (o como se quiera llamarles) es algo negativo y denigrante para ambas partes, aunque se le quiera llamar: señoritas de compañía, compartir sentimientos, soledad, emociones, etc... (excusas para mantener limpia la conciencia en cada una de las partes implicadas)
La mayoría de hombres que utilizamos este servicio, como apunta alguna persona en el foro, somos casados. Esto acaba siendo perjudicial para la pareja y es muy posible que acabe muy mal. Además creo que somos muy ingénuos con el peligro que corremos. Es altamente problable que podamos coger alguna enfermedad peligrosa e incluso peor (independientemente del supuesto nivel de la escort).
Coincido también en que esto es como una droga que engancha (poder tener a una mujer bella a tu alcance por una suma de dinero...) y de la que es difícil salir (sobretodo si se tienen los medios para costeársela). No obstante, creo que me encuentro en fase de desenganche y este tema que abro me sirve de katarsis.
Siento la perolata que os proporciono en el momento en el que lo estais leyendo (aunque la verdad es que no mucho), pero es mí experiencia y creía oportuno compartirla.
Uno que se despide. Adios.