Me han gustado las referencias a la mitología clásica y, especialmente, su culminación: Cuando tenías ganas de decir Gu-Gu. Recientes estudios atribuyen la expresión a Narciso que, contemplando su imagen en la cristalina agua, empezó a articular la palabra Gu-Gu-Gua-Guaaapo. Era guapo, eso sí, pero tartaja perdido el mítico Narciso. Luego, sin tartamudear, aunque ya le vale, la misma raíz clásica ha sido adoptada por algún candidato en disfunciones al que piropean así, especialmente los jueves.
Y no creo que te llamen del Tíbet. Igual es más fácil que te llamen o inviten desde del Japón.
Felicidades. Polvazo mítico