Tu novia mas dulce
Cuando: 02/2012 - Ciudad: Barcelona - en Apartamento de la escort
Valoracion experiencia -->9
FX rank -->9
Duración del encuentro: 138 minutos
Precio: 200 euros
Lugar del Encuento: Apartamento de la escort
Valoración Apartamento: 8
¿Pecho?: Natural
¿Fumadora?: No
¿Besa?: Besa con lengua
¿Griego?: Sí
Valoración Estética: 8
Valoración del Servicio: 10
Katy con ganas
*
Para mí Katy es la expresión máxima del deseo y la pasión. Cada vez que voy a su lado, sé que me llevará más lejos y que empujaremos un poco más allá los límites. Uno pensaría en una loba insaciable, en una mantis religiosa que te devora, en una leona ávida… en fin, en cualquier animal sexual, porque uno no concibe que una mujer pueda llegar a estos niveles.
Y si esto es así en momentos normales, ya se pueden imaginar de lo que es capaz después de unas largas vacaciones, con energías renovadas y muchas, muchas ganas de sexo.
Me tiene abandonado
¡Qué puñetera esta Katy! Se nos fue dos meses de vacaciones y me dejó abandonado, solo, triste y descangallado.
*
Pensé que, si Katy ya es tremenda en un día normal, ¿qué sería tras dos meses de vacaciones en familia en los que no había conocido varón?
Le digo que he estado estos dos meses de abstinencia absoluta para poder estar en forma a su regreso. Le confieso mi debilidad, porque me he permitido algún pequeño desliz, pero es que ya no aguantaba. Es que me retrasó la cita una semana, pensaba que ya no me quería ver y andaba yo llorando por los rincones.
Vale, la perdono porque tenía que cambiarse de piso, tenía sus cositas por hacer, y además fui de los primeros en verla tras su regreso.
*
Llamo, me pide los cinco minutos de rigor y subo. Buuuuuuf, esos besos son de los que te quitan el frío, porque la lengua te calienta el alma.
*
Casi no nos da tiempo a mirarnos porque hay una atracción magnética entre cuerpos, bocas y manos. Nos separamos un momento y nos encontramos guapos, guapos.
Pero aquello es un no parar. Sobre la mesa de masajes la devoro con alegría e intenta decirme que… Bueno, no me dice nada, sino que me pide más y más. ¡Ay, qué rica niña!
Casi enganchado con ella, voy a la ducha. Tengo que luchar, porque me sigue excitando, comiendo, besando, hasta que me pregunta: -Pero tú, ¿no te querías duchar? Nos reímos con ganas porque no me suelta y tengo casi que pelearme con ella para poder saltar a la bañera.
Al tema, al temita, al tema
Desnudo frente a mi Katy nos besamos con una alegría renovada y nos queremos comer todo.
De hecho, ella me quiere comer a mí y yo me la quiero comer a ella. Así que, para evitar conflictos, nos ponemos capicúas y felices y hacemos un número que empieza por seis y acaba por nueve.
Tras besos en los labios de arriba y de abajo, giros, cambios de posición a los que nos llevan las ganas de disfrutar, me encuentro con Katy relajadita, dejándose hacer, guiándome de vez en cuando, disfrutando el momento.
Hago lo que puedo. Estoy callado un rato, pero mi lengua sigue en movimiento hasta que noto que Katy se pone nerviosa, tensa… Es como si no se controlara, porque la veo temblar, ponerse malita, decir cosas contradictorias (ahora es que sí, que sí y luego es que no, que no). Pero no, no le ha picado ningún bicho malo, porque se queda con una carita de niña buena que me emociona hasta la lagrimita.
-Ay, nene, ay, nene, ay, nene – me dice mientras se abraza a mí.
A Katy le dura poco la desorientación, porque pronto encuentra el Norte y agarra la vara de mando, que ya pueden imaginar lo que es.
Yo no sé cómo resisto. Imagino que Katy no quiere acabar conmigo tan pronto, sino que quiere hacer más cositas. Así que me excita, me mantiene al borde del placer total durante largo tiempo hasta que decide cambio de tercio.
Y allí va ella moviéndose sobre mí y cabalgándome lentamente, moviéndose apenas, concentrados en sentir despacito, despacito.
Es largo, gozoso, cálido y compartido, hasta que llegamos al punto de no retorno, gozamos de forma brutal y nos quedamos abrazaditos, diciendo cosas incomprensibles como “Ay, nene, ay, nene” o bien “Ay, Madre del amor hermoso”.
Uno tiene suerte en ocasiones de disfrutar de esos momentos “post” de calma total, en los que uno no se puede mover porque está hipersensible. Vamos, para ponerse romanticón del todo.
Y eso es todo
Pero ¿cómo? ¿No hubo más? ¿Con Katy? ¿A que es increíble?
Pues claro que hubo más, mucho más. Pero no puedo contarlo por lo menudo, porque ustedes comprenderán que no estaba allí para tomar notas y explicarlo después.
Pero así, contado en grandes líneas, puedo decir que hubo cinco polvos más (sí,sí, ya sé que otras veces hubo más, pero será que me voy haciendo mayor), varios besos blancos, algún beso negro, dos veces que me vestí y me desvestí (ven para aquí que todavía se te levanta- me decía), sexo en todas las posiciones imaginables e inimaginables, dos lluvias doradas, cuatro duchas, alguna crisis de risa, una lata de Coca-Cola, bromas, una caja de chocolate, confidencias íntimas, un sofá estrenado por todo lo alto y muchas más cosas que me callo, porque, aunque no lo parezca, soy un sinvergüenza, pero a veces soy discreto.
De lo que me dijo al oído, nada cuento* (pero me pongo malo al recordarlo). Basta con decir que ella sabe excitarme en todos los registros, siendo tierna, delicadamente sensual, o, al contrario, evocando imágenes lascivas y salvajes.
Katy tiene el talento de los grandes artistas que te hacen creer que estás en medio de una orgía desenfrenada con huríes y sátiros copulando a tu alrededor. Y lo más impresionante es que todo lo hace con gracia y en el momento correcto, por lo que, tras el sexo desenfrenado, vuelves a ver a la niña buena que no ha roto un plato en su vida.
Al final me despido de ella, le doy otro beso, ella comprueba que ya no, ya no es posible hacer más cositas y marcho para mi casita para descansar un poco.
Es que mi Katy es mi amiga y, además, es tremenda, tremenda.
¿Y dices que la niña…?
Pues eso, que no hay otra como ella. Cuando piensas que ya no puede ser más, aún te saca otro y otro. Katy me deja sin palabras.
¿Y en resumen, entonce...s?
Katy fue una de las primeras mujeres que conocí en este mundillo y me dejó anonadado. Ahora, tras haber visto, conocido y tratado muchas mujeres por aquí, me doy cuenta de que está en lo más alto y que hay muy pocas que sean tan ardientes, salvajes, lujuriosas, brutales, tiernas y apasionadas como ella.
Y, además, ¿qué quieren que les diga? tengo la suerte de que es amiga mía.
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