Pervesión y erotismo
Cuando: 02/2012 - Ciudad: Barcelona - en Dirección Cliente
Valoracion experiencia -->10
FX rank -->10
Duración del encuentro: 60 minutos
Precio: 260 euros
Lugar del Encuento: Dirección Cliente
Valoración Apartamento:
¿Pecho?: Tuneado
¿Fumadora?: No
¿Besa?: Besa con lengua
¿Griego?: No lo sé
Valoración Estética: 10
Valoración del Servicio: 10
Esta vez opté por quedar con la diosa del Danubio en mi casa particular.
Tardó media hora en venir. Me había llamado por móbil diciendo que le era difícil encontrar la dirección, pero al fin llegó.
Le abrí la puerta y apareció ella con todo su esplendor. Le quité el abrigo y pude ya intuir su sensacional cuerpo, que ha había catado un año antes en Barcelona.
Después de subir las escaleras, nos empezamos a besuquear con pasión. De hecho parecía como si ella no pudiese parar, como si estuviera poseída por no sé que extraño furor.
Dejó el bolso y se quitó las botas. De hecho el ambiente, fuera, era gélido y yo ya había puesto en marcha previamente mis sistemas de calefacción.
Nos sentamos en el sofá y la pasión se desenfrenó de manera rabiosa (como díría la Shakira). Me saqué los pantalones del chandal con que la había recibido (lo siento por mi estética un tanto garrula, pero estaba en casa) y mi miembro estaba tieso a más no poder. Me lo succionó salvajemente mientras le desabrochaba, no sin cierta dificultad, sus sostenes. Posteriormente, también sus bragas.
Le propuse que se sentara en un sillón que tenía para que se masturbase. Quería ver el espectáculo. Así lo hizo, y mientras tanto, yo, sentado delante de ella en una silla, le quité las medias y le empecé a tocar su coñito húngaro.
Nos fuimos a la cama. Su cuerpo desnudo era perfecto. Se tumbó boca arriba y le repasé toda. El cunnilingus fue sensacional. Después, le dije que se echara boca a bajo, y le acaricié su espalda y su culo. Me encanta la espalda y el culo de las mujeres bien proporcionadas. Mis lametones lobeznos le gustaron. Mis mordisquitos en sus nalgas también, como no.
Finalmente, me tumbé y ella empezó con sus felaciones desenfrenadas, a ponerme crema en el cuerpo y al final, algo con lo que siempre sucumbo, me restregó su vulva en mi polla, convenientemente embadurnada de su saliva.... Un chorro de esperma salió acompañado de mi ya tradicional aullido cánido.
La sesión acabó con la conversación de rigor y estuvimos viendo los hilos del foro en mi ordenador. También le enseñé fotos de mi fiel perro pastor alemán.
Nos despedimos.
Esta mujer es un portento.
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