Un sol llamado deseo
Cuando: 11/2011 - Ciudad: Barcelona - en Apartamento de la escort
Valoracion experiencia -->9
FX rank -->8.5
Duración del encuentro: 60 minutos
Precio: 150 euros
Lugar del Encuento: Apartamento de la escort
Valoración Apartamento: 9
¿Pecho?: Tuneado
¿Fumadora?: No lo sé
¿Besa?: Besa con lengua
¿Griego?: Sí
Valoración Estética: 9
Valoración del Servicio: 9
Lorena me ha sorprendido por el carácter sencillo y dócil que tiene. La llamé y me cautivaron sus palabras y el dulce acento que tiene. A partir de ahí me pareció que iba a ser un buen momento.
La llamé a las 10 de la noche y quedamos a partir de las 11,30 de la noche. Fue en una calle cerca de Plaza de Espanya.
Cuando llegué me abrió en lencería transparente, una especie de body que dejaba al aire sus bonitas piernas de dejaba ver sus senos redondos. Tenía una bonita sonrisa y me encantaron sus ojos rasgados, daba una impresión exótica (claro, debido a la línea que se pintan las mujeres en el párpado que no sé cómo se llama pero que le dio un aspecto salvaje que me encantó) Nos empezamos a besar con tranquilidad y como si fueramos amantes de toda la vida. Eso me puso caliente y a cien.
Pasé a la ducha, ella ya me esperaba en la cama sin ropa nos tumbamos y nos fusionamos en un abrazo lleno de besos y caricias, poco a poco la cosa se va acelerando hasta que ella baja al soldadito y me hace un francés suave, tranquilo, pausado y húmedo, de esos que se nota bien salivado.
Le pido un 69 y ella accede, le chupo y le meto la lengua y todo con pequeños jadeos de su parte. Creo que le gustó.
A partir de ahí me pone el condón y me cabalga encima mientras amaso sus pechos, tuneados, pero bien tersos y perfilados. Con un pezón que ante los besos y pellizcos se pone erecto y se nota.
Luego cambiamos en varias posturas.... todo muy clásico..., misionero, le doy la vuelta y por detrás tumbados, y al final a cuatro patas. Cuando estoy listo para explotar, le doy la vuelta y me corro pero mirándola, me encanta tener el orgasmo de cara mientras beso.
Bueno, tras ello, nos quedamos abrazados un ratito, mientras la patata del corazón se calma, y charlamos. Ella me da unas toallitas, me ducho y ya ha dado la hora. La verdad que por ser tarde ya me tengo que ir y me despido. Ella en ningún momento me dijo nada de la hora.
Hace tiempo no volvía a Barcelona, ya sabéis el paro y esas cosas. Pero ahora que vuelvo por estos lugares, he encontrado a esta chica que ha sido conmigo dulzura y pasión calmada. Me gustó y me pareció implicada, todo cuanto pedía lo hacía y se la veía disfrutar. Eso me ha decidido a contar la experiencia.
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