Sex vobiscum, peccatori!
Algo, querido, algo.
Cuando me sobra de la pension o hay doble paga, despues de pagar el geriatrico y la compensatoria a mis dos ex, si queda algo, pues a follar toca, lo malo es que como soy muy escrufuloso (escrupuloso para los academicos) y ya a estas alturas, no me follo cualquier cosa, aparte tengo una fija, compañera de mesa en el geri, que cuando se saca la postiza, me mete unas mamadas que se me salen los bojos de sus cuencos, un desastre vamos.
Pues eso, algo follo, primero me la entablillo, luego me tomo veinte piramidones, pues no me llega para la viagra, ala, a follaaaaaaaaaaaar.
Ruize
De Bruna, de la Zarina, de Absolute Alison,de, de ,de
Lo de somero, es que mis polvos son terriblemente someros, las nenazas se me duermen durante el acto, cosas de la edad.
Andros, tengo que reconocer, que cada vez me caes mejor, intuyo que eres buena gente, algo plasta en tus relatos pero buena gente.
Lo dicho.
Ruize
Ruize
A mí no se me han dormido, pero en ocasiones me ha salido mal, mal (que viene a ser casi peor). Pero soy de natural optimista y, si me llevo un palo aquí, voy a otro sitio.
Con Rosser no hubo ningún palo, hubo muy buen entendimiento desde el principio y siempre, siempre, me ha tratado bien (y yo he hecho lo que he podido). Para mí es amiga (aparte de follar como una reina).
Respecto a lo de caerte bien, me echo a temblar ya mismo.
Sex vobiscum, peccatori!
Dandy (14/12/2011)
Gracias a peraperet por editar los errores.
Ahora, al menos, el texto no se repite y queda indicado que Rosser me besó como pocas.
Sex vobiscum, peccatori!
Me encanta el peligro. Fíjate que algunas me dicen que les gusto y yo incluso, crédulo de mí, me lo creo (buffff, pabernosmatao).
Ya en serio: entiendo que algunos aprecien un estilo más sobrio, pero me divierto escribiendo. Y, dado que siempre habrá un Beckmesser para un zapatero poeta, no me siento para nada condicionado por la crítica, siempre que ésta se manifieste con educación.
Por cierto, tampoco soy pimpollo, sino que entré hace años en la categoría del mobiliario urbano, esos hombres grises que las niñas guapas no ven, de la misma forma que no se fijan en una farola o una papelera, excepto para no chocar con ellas.
Sex vobiscum, peccatori!
ruize (20/12/2011)