
Iniciado por
icaro69
En el momento en el que las expectativas humildemente se relajan, se destensan y la exigencia se ahoga, aparece el lujo de la sencillez, a veces, resulta tortuoso, otras revelador.... las más enriquecedor.
Un buen amigo me inculcó una idea:
Hagas, lo que hagas ámalo, pero no lo hagas para ti. Sino por aquellos que amas sin condición.
Nos ha costado, pero empezamos a reconocernos cada mañana:
Espejo y rostro.
Y el alma encuentra una quietud, una paz ya casi olvidada.
Me hace feliz, Jesse, que te sepas encontrar en los pequeños gestos y detalles que la vida no promete, sino que simple y hermosamente nos tiende.
Un fuerte abrazo.