Fecha de la experiencia: mediados de febrero
Nombre de la escort: ROCIO
Teléfono: 617916971
Tarifas: contratada una hora, habitación y bar, 250€
Detalles de la escort: ya sabeis quién es.
Valoración estética de la escort: Las puntuaciones para el baloncesto
Valoración del servicio con la escort: Las puntuaciones para el baloncesto
Llegamos los dos veinte minutos antes al lugar acordado, y como no era la primera vez que nos citábamos, nos encontramos en un bar para tomar un café. Estaba elegante como siempre que la he visto. Ella también pidió un croisant ... y creo que al croisant le gustó ser comido por ella.
Subimos los dos juntos a la habitación. Ella habia reservado una con jacuzi, con sorpresa incluida, motivo por el cual entré yo primero. Al cabo de dos minutos, dos eternos minutos durante los cuales el hermanito ya pugnaba por liberarse conocedor de lo que le esperaba, entra ella.
- Toc-toc. Holaaaaaaaaaaa!
Primer largo, cálido y cariñoso abrazo. A mi me encantan (es una manera de empezar a sentir el cuerpo ajeno) y a ella no le desagradan. Conversamos no sé de qué, y ya en ropa interior, otro largo, cálido y cariñoso abrazo, esta vez por delante y por detrás. Andaba yo mimosín ... y ella no decia que no, je!.
- Vamos a la ducha?.
- Mejor directamente al jacuzi, me espeta.
Jugueteamos un "poquitín" en el agua, hasta que me pidió que me sentase sobre la toalla que habia preparado en el borde del jacuzi.
- Para qué?, vuelvo a preguntar.
- Te voy a recitar la biblia, contesta.
El francés fué sublime, pim... pam, suave, pim... pam, mirándome a los ojos, pim... pam, como retándome a ver cuanto aguantaba, pim...pam, se llena la boca de agua, pim-pam, pim-pam, pim-pam ...
- Eh! quieta!
- Hoy me gustaría que te corrieras sobre mi cuerpo!
- Puede, pero no ahora. Aún queda mucho por "hacer". Vamos a la cama, que ahora me toca a mi.
Logramos salir del jacuzi sin caernos, todo un reto para mi. Tumbada boca arriba, utilizando labios, lengua y nariz, empezé por su boca, seguí por el lóbulo, oreja, cuello, base del cuello, canalera, rodeando base del pecho izquierdo, rodeando base del pecho derecho, pezón y pezón,... y bajando. En el vientre me ayudo de las yemas de los dedos, muy, muy suavemente y noto como empieza a estremecerse. Tiene una piel (qué gran carga sexual tiene la piel!) de lo más suave y tersa. Tierna, tiernísima. Muslo izquierdo, interior muslo derecho y al centro. Vaya caramelo! como me gusta y como le gusta. Abro los ojos y se cruzan con los suyos.
- Es que me gusta mirar!
- Pues túmbate, cierra los ojos y siéntelo.
No sé si me hizo caso, ya que cerré los ojos y seguí con lo mío-suyo. Al cabo de poco, me hace parar y se incorpora.
- Ahora me toca a mi.
- Ya, pero yo quiero seguir, contesto.
- Y yo no quiero correrme tan pronto.
Pues nada, a darle cobertura al micrófono, tal como me gusta y sabe hacerlo, cobertura suave, deliciosa (ésta vez sin agua pero igual de húmeda), toqueteando lo que habia que toquetear,... Durante un rato, nos dimos la mano (manías mías), y aunque sólo tuvo una libre no disminuyó la intensidad. Aprovechando un respiro le pedí que se sentara en mi cara. Me habia quedado con hambre. Tierno y sabroso, sabrosón. Rico, rico, rico.
Enfundamos y seguimos, empezando por el misionero. Busqué en el fondo de esos ojazoX, repasando sus pupilas rítmicamente, deleitándome con sus iris acompasadamente. Disculpa Rocio si te hice sentir incómoda ante tanta insistencia. Quién haya estado contigo seguro que sabe de qué hablo.
Variamos a cuatro patas. Previa alerta de su parte, de repente la noto inundada. Como siempre, las damas primero. Si antes estaba bién encajada, en su justa medida, ahora tengo la sensación de que flota en un mar de cálidos flujos. Breve masaje en su hermosa espalda con la yema de los dedos .... y a seguir. Agarrándola cada vez más fuerte, tuve que emplearme a fondo para correrme. Todo un placentero sudor.
Descansamos un momento. Noto que se relaja porque se queda en silencio, je!. Se gira dándome la espalda y, acariciando su hombro-brazo-cadera-muslo, comentamos aspectos relativos a la prostitución. Accede a que le haga un último masaje-caricia en su espalda (cuando algo me gusta, me gusta). Sentado a horcajadas sobre sus muslos, y utilizando las puntas de los dedos, incluidos los pulgares, repaso su piel desde la nuca hasta el coxis, apretando ocasionalmente con la palma de la mano.
Es la hora. Nos vestimos y salimos tal como habíamos entrado, juntos. En la calle nos despedimos con dos besos y deseándonos lo mejor el uno al otro.
He centrado el relato de la experiencia en el aspecto más descriptivamente sexual porque es lo fácil, lo inmediato. Pero hubo mucho más que acompañó al sexo. Hubo ternura, delicadeza, atención, mucha atención,... saber estar, tranquilidad, relajación, detalles elegantes y elegancia con detalles, reflexión, comprensión, acompañamiento,... muy humano todo el encuentro y esto último cuesta lo suyo de transmitir. Eso es lo que yo creo.
Gracias por tu buén hacer, Rocio.