Bueno, como ya he cumplido la mayoría de edad para postear expes según las normas establecidas, quisiera relataros la mejor experiencia que he tenido.
FECHA DE LA EXPERIENCIA: Hace algunos meses
NOMBRE DE LA ESCORT: EVA
NOMBRE DE LA AGENCIA/PISO/CLUB: Eulàlia Roig
WEB: www.eulaliaroig.com
DIRECCIÓN: "picaderillo" calle Breda
TELÉFONO DE CONTACTO: Aparece en su web
TARIFAS APLICADAS: 200 € por 1 hora más o menos justa, pero más que suficiente... al menos aquel día para mi.
DETALLES DE LA AGENCIA/PISO/CLUB: Son los alojamientos de la calle Breda. A mi la verdad es que el lugar no me convenció. En el face to face me gusta tratar únicamente con la escort y el trato con el recepcionista me cortó un poco el rollo inicial.
DETALLES DE LA ESCORT: Eva es una mujer madura. En la web dice que tiene 40 años pero yo le pondría al menos un par o tres más, lo cual para mi en ese momento fue un punto muy a favor dado que era lo que buscaba. Las fotos yo afirmaría rotundamente que no son de ella, pero da igual, lo que te encuentras es un pedazo de mujer con ojos y mirada penetrante que hasta impone, labios carnosos claramente tuneados, pero con un tacto y sabor exquisitos. Llevaba puesto un pantalón vaquero blanco, ajustadito, que hacían destacar su figura bien cuidada, zapatos blancos de tacón y arriba no me acuerdo, honestamente
VALORACIÓN DE LA ESCORT: Sobresaliente (prefiero valorar de con palabras más que con cifras)
VALORACIÓN ESTÉTICA DE LA ESCORT => Sobresaliente también, mujer con un tipazo, bien tratada por la edad. No es un cañonazo con curvas de descarrilar ni pechos explosivos, pero es guapa de cara y tiene un tipo equilibradísimo con pechos naturales de un tamaño perfecto para disfrutarlos.
VALORACIÓN DEL SERVICIO DE LA ESCORT => Difícilmente mejorable por su parte.
¿REPETIRÍAS CON ELLA?: Sin dudarlo. Lo habría hecho si dispusiera de su propio apartamento y no hubiera que recurrir a la frialdad de una habitación por horas.
DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA: Tal y como he comentado, el preliminar de acceso a la habitación me cortó un poco el rollo y mepuso nervioso. Llamo a la puerta y me abre Eva, que a su vez me agarra de un brazo y me mete apasionadamente en la habitación fundiéndome a ella en un abrazo. Apenas había podido articular palabra ni fijarme en ella que me encontraba con nuestros rostros a escasos centímeros el uno del otro. Nos damos unos unos cuantos piquitos que poco a poco se van alargando hasta convertirse en apasionados besos de adolescentes. Tiempo muerto. Establecemos la primera conversación de más de dos intervencione por interlocutor. Me adula diciéndome un sinfín de cosas dulces que me hacen sentir bien (desempeña su labor a las mil maravillas). Al mismo tiempo me voy fijando en ella y veo claramente que no es la de las fotos, con lo que experimetno sentimientos contradictorios. Por una parte me siento "engañado", pero por otra me estoy empezando a encontrar tan a gusto y me place tanto lo que tengo en mis brazos que dejo de darle vueltas a este tema. Observo que debe tener más de los 40 años que dice tener y como lo que yo buscaba era una experiencia con una madurita, madurita, (yo soy bastante más joven) este detalles no hace más que encederme aún más.
Seguimos por espacio de unos cuantos minutos comiéndonos los labios. Le dejo llevar la iniciativa, me apetece hacerlo así y ella se siente cómoda también. Percibo que ella se siente cómoda en cualquier rol. Mientras nos besamos empiezo a acariciar su cuerpo, primero por encimade la ropa y después por debajo ya encontacto directo con su piel. Tiene una piel suavo y dulce que fruto de la edad sigue en perfecto estado pero ha empezado a perder lo tersa que es la piel de una veinteañera. Este detalle me seobreexcita al recordarme que estoy liándome con una mujer madura.
Me invita a ducharme a lo que yo le extiendo la invitación pero ella la declina argumentadno que viene recién duchada. Su dulzura y amabilidad es tal que su negativa no me molesta. Cuando entro a la ducha (más que una ducha parece una papelera por sus reducidas dimensiones) entiendo que difícilmente podríamos haber hecho nada juntos ahí sin iniciarnos antes en la noble disciplina del contorsionismo. Mientras me ducho ella se despoja de toda su ropa a excepción del tanga. Me observa como me ducho recostada en la cama y charlamos al mismo tiempo. Cuando salgo de la ducha, mientras me seco, sigue observándome con más detalle, me siento examinado (sensación que me encanta en ese momento) cual jovencita al pasar ante una obra, y me va haciendo comentarios dulces al respecto de mi cuerpo más o menos atlético (soy bastante deportista más allá del esquí de pista corta, y me cuido bastante el físico).
Nos volvemos a fundir cuerpo con cuerpo besándonos y tocándonos los sexos mutuamente. Tiene el sexo depilado, le penetro con el dedo y esta increíblemente húmeda. Se pone a gemir como una gata en celo (gran actriz? siempre quedará duda).
Me lame todo el cuerpo al avez que me dice lo que le encanta succionar sexos masculinos y comérselos enteritos. Le pido que me enfunde (lo prefiero así) y ella asiente aunque no parece hacerle demasiada gracia a la vez que me comenta que así me lo gozaré menos. Se da un banquete con mis partes bajas sin dejarse nada sin probar. El francés es fantástico, el mejor que me han hecho nunca (a pesar del chubasquero), intenso, profundísimo y se nota que le gusta practicarlo.
Cambiamos de tercio y me pongo a cabalgar sobre ella. Nos miramos en el espejo y gemimos como leones. Ella pide secuencialmente que aumente y baje el ritmo. Estoy hecho un campeón, pienso, llevamos un buen rato y aún puedo aguantar hasta que reviente. Le pido que se ponga a cuatro patas y sólo nos falta ladrar como perritos. El ritmo es intenso, el movimiento de sus pechos provocado por el impacto de mis embestidas reflejado en el espejo me pone tan a cien que noto que no tardaré en sacar lo mejor de mi. Teniéndola agarrada por la cintura me da la sensación que su cuerpo pide griego... pero mi soldado ya no está para más batalla y sucumbe.
Nos relajamos yaciendo tumbados abrazados, desnudos, tocándonos los cuerpos besándonos y gozando de una conversación agradable, madura que va más allá de la banalidad por espacio de unos 15 minutos, yo creo. Transcurrido este tiempo, me recuerda con la dulzura y el savoir faire que la ha caracterizado, que debería ducharme si me quiero volver a asear puesto que deberíamos volver a nuestros quehaceres.
La vuelvo a invitar a ducharse conmigo en la papelera pero vuelve a declinar la invitación amablemente.
Al salir de la ducha y vestirme nos despedimos como una pareja de amantes después de una buena relación y entonces se produce la anécdota que más perplejo me dejó sin ningún tipo de malicia por mi parte. Cuando estoy a punto de coger mi bolsa para dirijirme hacia la puerta, me comenta - perdona, te importa si solucionamos el tema económico? -. En ese momento me siento avergonzado y le pido mil disculpas. Las acepta y su expresión y sonrisa de complicidad me hace creer que es consciente de que el detalle se me había pasado por completo sin más y me da la impresión que ella le ha ocurrido lo mismo.
Finalmente abandono la habitación y me cruzo por el pasillo con una mujer de la limpieza que da un brinco, mientras me pide perdón, para incorporarse nuevamente a su burladero, pues imagino que deben tener instrucciones de no cruzarse con los clientes. En ese momento ya no me importa, mi grado de satisfacción me hace ver las cosas desde otro rasero. Salgo convencido de haber invertido sabiamente 200 €.
Moraleja: Genial experiencia, para repetirla. Cuando la recuerdo sigo poniéndome malo aún. Pero como sé que aveces Eulàlia Roig nos "vigila", comentaré que sus damas maduritas me vuelven loco, pero me echa un poco para atrás el hecho de que Eva en realidad no era la de las fotos... pues será así con Marta o Mariona? A pesar de que el resultado final fuera cum laude. Y lo que ha hecho que de momento no haya vuleto a concertar un encuentro con alguna dama de Eulàlia es porque los alojamientos de Breda no me convencieron nada de nada.
Ahí queda eso.