BELLE CHANDON, UN LUJO CARO… QUE VALE LO QUE CUESTA.
(envío este post con un cierto retraso debido a que no tenía privilegios suficientes para hacerlo hasta ahora, por haberme registrado hace poco tiempo)
FECHA DE LA EXPERIENCIA: Viernes 6-Marzo-2009, 4.30 p.m.
NOMBRE DE LA ESCORT: Belle-Chandon
NOMBRE DE LA AGENCIA/PISO/CLUB: Su apartamento
WEB: http://www.bellechandon.com/spanish/default.php
DIRECCIÓN: Barcelona
TELÉFONO DE CONTACTO: 677-734-617
TARIFAS APLICADAS: 2 horas, con griego (200 + 200 + 150 = 550 €)
DETALLES DE LA AGENCIA/PISO/CLUB: Ella misma
DETALLES DE LA ESCORT: Ver más abajo
VALORACI0N ESTETICA DE LA ESCORT DE 1 A 10: 9
VALORACI0N DEL SERVICIO CON LA ESCORT DE 1 A 10: 10
Soy un usuario muy ocasional del sexo de pago. Sólo en determinadas épocas lo he buscado y he tenido experiencias excepcionales (las menos), buenas (algunas) y malas (la mayor parte). Ese es el motivo por el que no soy asiduo a esta clase de sexo. No tengo ningún prejuicio moral, pero a mi edad (casi 50) prefiero con mucho la calidad a la cantidad. Después de leer varios de los relatos que pueden encontrarse por la web sobre ella (todos positivos) y de visitar sus anuncios (http://www.girlsbcn.net/girls_archivos/gbbelle.html) y su propia web (http://www.bellechandon.com) , donde pude comprobar su belleza y su juventud, me decidí a conocerla.
Concertar una cita con Belle Chandon fue muy fácil a través del correo electrónico (belle-chandon@hotmail.com) . Apenas tres mails consiguieron cuadrar nuestras agendas y ella contestó amablemente a algunas de mis preguntas. En especial a si el griego entraba entre sus servicios. Lo sugiere en su anuncio de girlsbcn y en su web, pero la ausencia de relatos de experiencias en ese sentido me hicieron dudar. Su respuesta fue positiva, aclarando que existía un recargo por el mismo. Quedé con ella en una cita larga (dos horas), sin prisas. El día de la cita (para la tarde) la llamé por teléfono por la mañana para confirmar y me dio su dirección. A la hora indicada estaba en su puerta y la llamé de nuevo. Me pidió unos minutos y al poco me llamó ella para que subiera.
Su apartamento es moderno, pequeño y muy bien decorado, como han comentado otros foreros hay muchas fotos artísticas suyas a tamaño póster en las paredes.
Al entrar Belle llevaba puesto un conjunto de lencería brasileña de color rojo y con el que resultaba absolutamente impresionante. Mostraba casi todo su cuerpo y tapaba lo justo. ¿Qué decir de su físico?. Impresionante es poco. Aunque lo han descrito otros, decir que es una hermosura joven, con un rostro bellísimo y cabello largo negro. No es muy alta. Cuerpo lleno de curvas, pero bien duro, sin un gramo de grasa, ni una estría, ni un hoyuelo de celulitis. Pechos siliconados (para mi gusto, el cirujano se excedió en la talla de las prótesis…) pero de textura bastante natural, sin cicatrices visibles y preciosos. Pezones oscuros, de tamaño medio y que se endurecen con facilidad. Culo típico de brasileña, redondo, duro y prominente. En conjunto un pecado de mujer. Un físico hecho para despertar el deseo y para dar placer, como pude comprobar…
Lo que ocurre en cada encuentro siempre es algo irrepetible y nunca sabes cuanto hay de técnica aprendida y cuanto de feeling espontáneo. Yo voy a contar lo que vivimos y disfrutamos juntos. No puedo decir que en todos sus contactos actúe igual, aunque todos los relatos sobre ella son muy positivos.
Ella me recibió con un beso en los labios y unas copas de cava. Pasamos al sofá y charlamos unos minutos mientras bebimos el cava. Se acercó como una gata comenzó a besarme, primero suave con los labios y pronto besos profundos con amplios juegos de lengua. Los besos continuaron mientras mis manos comenzaron a recorrer ese cuerpo de diosa. Nos abrazamos y recorrí su espalda, sus nalgas, sus pechos… Intenté quitarle la lencería pero resulté un inútil y fue ella quien lo hizo. Enseguida me desabrochó la camisa y me la quitó. Más abrazos en el sofá, más besos, saboreé sus pezones y ella los míos. Mis manos llegaron a su coñito y me sorprendió encontrarlo ya húmedo. Ella se tumbó en el sofá y separó las piernas cuanto pudo –que fue mucho…- dejando a mi vista su precioso y bien depilado coñito. Su vulva es espectacular, rosada, con labios menores prominentes, lisos (sin pliegues ni arrugas extrañas) y un clítoris muy marcado. Comenzó a masturbarse y no pude evitar la tentación de acercar mi boca. Olía a recién limpito (se acababa de duchar) y me entregue a lamerlo con verdadero placer. Ella se empezó a poner caliente de verdad y me pidió (me exigió…) que la penetrara con los dedos, explicándome con detalle como debía hacerlo para aumentar su placer (le encanta la combinación de la lengua en su clítoris y los dedos en su punto G). Cuando ella disfrutó lo que quiso, me apartó y buscó en mis pantalones. Abrió la cremallera y encontró lo que quería, ya casi duro. Acercó su boca y su lengua comenzó a dibujar líneas y círculos sobre mi miembro (yo también venía recién duchado), para acabar pronto engulléndolo entero. Su francés natural es fantástico. Pasa de la mamada dulce a la garganta profunda, sin dejar de mirarte a los ojos con esos ojazos verdes que tiene. Después de un buen rato en el sofá, compartiendo placeres orales mutuos, nos fuimos a la habitación. En la cama, repetimos los juegos del sofá y pronto –a mi sugerencia- iniciamos un largísimo 69. Me di un verdadero festín lamiendo ese coñito y ese culito (tan pequeñito que me hizo dudar de la posibilidad del griego…). Comencé a jugar con mis dedos en su culito y los recibió con naturalidad y (creo) con gusto. Mientras ella seguía con su boca dándome placer.
Me preguntó sutilmente si quería follar y le dije que su boca lo hacía tan bien que prefería seguir así. Ella se colocó entre mis piernas, mirándome de nuevo a los ojos, y se empleó a fondo. Yo quería acabar así y le advertí. Ella siguió y siguió hasta conseguir que me corriera como un bendito en su boquita. No se retiró enseguida, sino que siguió chupando un buen rato, hasta que me dejó totalmente relajado. Se fue un momento al cuarto de baño y regresó rápidamente.
Unos minutos de charla sobre sus viajes y sus planes (trabaja entre Francia, España y Brasil) y pronto volvieron los besos, las caricias y de nuevo su boca se puso a hacer travesuras. Cuello, pecho, pezones, ombligo, testículos y de nuevo se llenó la boca con mi polla. Me puso duro de nuevo y cuando ella lo decidió, me colocó un preservativo con la boca (usa condones de calidad, no de esos que te estrangulan el miembro y te quitan toda la ilusión, a mi me pasa…) y se colocó sobre mí en cuclillas, dejando todo su cuerpo a mi vista. Así pude contemplar su coñito abierto recibiéndome y mi polla hundiéndose en su vagina. Verla subir y bajar así es todo un espectáculo. A pesar de que –visto desde fuera- puede resultar algo “porno”, sin embargo, con ella todo fluye con mucha naturalidad y te hace sentir que ella lo desea contigo. Es algo mágico, de verdad. Cabalgó cuanto quiso, me dio sus pezones para que los chupara, acaricié sus nalgas y la entrada de su culito. Cambiamos de postura (un poco de misionero con las piernas en los hombros, un poco de lado). Cuando se colocó en cuatro (doggie) el espectáculo fue para recordar mucho tiempo. La penetré en la vagina, bombeé al ritmo que ella me impuso y mientras ella se acariciaba el clítoris y me tocaba los testículos. Impresionante. Estuve jugando con su culito, añadiendo saliva con mis dedos y probando la entrada, hasta que le pedí “cambiar de canal”. Ella sólo accedió con un gesto y penetré lentamente su culito. Poco se ha hablado del griego de Belle. Y para un enamorado de esta práctica (cuando es gozosamente compartida y nunca cuando es forzada o molesta para la dama en cuestión) he de decir que fue uno de los mejores griegos de mi vida. Resultaba increíble ver como ese pequeño culito se dilata para recibirte (soy de talla estándar, pero tampoco me quedo corto) y la facilidad con la que logras penetrarlo. Y al mismo tiempo, notas la tremenda presión de sus paredes ejerciendo un masaje sublime a tu miembro. Estuve dándole un buen rato (y ella pidiéndome más y más caña!!!) hasta que ella se separó (pensé que se había acabado la fiesta… que equivocado estaba…). Se tumbó sobre la espalda, separó mucho las piernas y me invitó a sodomizarla desde delante, mirándola a la cara y contemplando esa mirada y ese cuerpo. Indescriptible el placer que me dio. Como no podía ser de otra manera, acabé corriéndome por segunda vez y de una manera muy intensa.
Me quitó el condón, me limpió con toallitas húmedas y se dedicó a mimarme con caricias y besos en la boca. Había transcurrido ya casi todo el tiempo (apenas quedaban 15 minutos) pero ella me masturbaba con interés, hasta conseguir una nueva erección (casi imposible para mí echar tres polvos en 2 horas). Volvió a jugar con su boca y me excité de nuevo como un chaval. Su francés seguía siendo genial, pero yo sabía que me iba a costar correrme de nuevo. Así que me levanté junto a la cama y ella se aproximó, de rodillas sobre el colchón. Volvió chuparme y me moví como follándome su boca. Aunque la visión de su rostro mamándome y de su cuerpo era realmente excitante, me estaba costando llegar al final. Comencé a masturbarme y ella acercó la boca, la abrió, sacó ligeramente la lengua… y os podéis imaginar el resto….
De nuevo una rápida visita al cuarto de baño y la tenía a mi lado, tan bella y tan deseable como al principio. Lamentablemente había consumido mi tiempo y me dirigí a la ducha. Me vestí ayudado por ella y todavía me dio tiempo de besarla en varias ocasiones.
Le pagué lo estipulado y salí de su apartamento con una sensación de infinita satisfacción.
En resumen, una experiencia memorable y absolutamente excepcional. Espero visitarla de nuevo en los próximos meses.
Puede decirse que Belle es una escort cara y puede que exista alguna mujer de su belleza y buen hacer y cobre algo menos por sus servicios, aunque sinceramente lo dudo. Belle es un caro capricho; desgraciadamente mi economía no me permite visitarla cada semana, como sería mi deseo, pero prefiero gastarme ese dinero en una tarde apasionada con ella que cien polvos con mujeres que al final te dejan un profundo sentimiento de insatisfacción.
Gracias a Belle por su trato, su belleza y por su maravillosa manera de hacer del sexo poco menos que un arte.