Insisto, excesivo. Era el cuarto trío que me regalaba. No hace mucho estuve en la casa de la carretera de Salou, delante del Barrio Fortuny, con dos chicas latinoamericanas. Y fue más reposado y elaborado. Para entendernos, con Cristina y su amiga no hay tregua. Pasa com el vino. Los hay que lo beben sin mesura, y otros que prefieren degustarlo a sorbos. Pues con esas chicas pasa lo mismo.