Tienes la mitad. La otra mitad la conseguirás si en los bancos de Enric Granados te cambias de calcetines antes de subir a verla. Es que su nariz de perro rastreador es su talón de aquiles.
Por lo demás se adapta a tí. Si tienes un día tranquilo, estará tranquila. Si eres guarro, ella será más guarra todavía.
El final depende: si consigues que tenga un orgasmo, será un corderito. En caso contrario, sólo tendrás una interesante conversación y una rápida despedida. Eso sí, satisfecho.