Ah! mi nueva vida de putero, me hace recordar mis años mozos. Como aquel dia en que nos juntamos para cenar mi novia y mi ex-novia, en casa de los padres de esta última. Aquellos famosos veranos con los papas fuera, eran la reostia. Hacia tres semanas que salia con mi nóvia. Situación, por cierto, que propició la reconciliación con mi ex-novia, después de tres años de depresión y abstinencia por mi parte, pero eso es otra historia.
No me explayaré en detalles, pero en eso que estábamos los tres en el sofá (Es un mueble que me pirra), yo con la mano izquierda, toqueteaba el pezón derecho de mi ex, mientras ella chupeteaba el dedo gordo de mi mano derecha. Al mismo tiempo mi nueva nóvia me masajeaba el cuello, mientras notaba su 'parrus' calentito en mi espalda.
Aquello que suena el teléfono.
Mi ex-novia contesta: --Es tu padre--
Mi nóvia se pone al aparato: --Si, si, vale, ya voy-- El muy H.P. la reclamaba para que volviera, porque pasaba de la una de la madrugada.
--Me voy, me voy, que mi padre me va a dar una paliza. (El H.P. no bromeaba)
Nos arreglamos, y yo todo caballero, voy a acompañar a mi novia a su casa, dejando a mi ex-novia con un manchurrón de humedad en las bragas, que daba miedo. La fiesta se habia acabado.
Despues de dejarla con el H.P de su padre (Se oian los gritos desde la calle), voy andando xino xano, de camino para mi casa cuando.....
Empieza a caer una tromba de agua colosal (Era una noche bochornosa en pleno Agosto). Un remolino de nubes se forma sobre mi cabeza. Rayos caen por doquier mientras los truenos retumban por entre los edificios. A eso que se abre una claridad entre los nubarrones, y baja una mano gigantesca del cielo, con el indice señalandome. Un rayo de luz ilumina mi persona, mientras cientos de querubines vuelan hacia mi. Una voz profunda que hace temblar los cimientos del infierno, sentencia:
- T O N T O - D E L - C U L O -
Mientras, los querubines que revoloteaban como moscas a mi alrededor, recitaban a coro: --Jilipollas---, ---Jilipollas---, como una cacofonía ad eternum, quedando todo yo, empapado, en medio del asfalto, como si me hubiera caído el diluvio universal encima.
A partir de esa revelación, mi destino en este mundo hizo un vuelco brutal. Ocurrieron dos hechos fundamentales, que marcaron mi vida futura:
1) Descubrí de forma cruda y sin anestesia, que era TONTO DEL CULO. Mas que eso, era TONTO DEL CULO MAYUSCULO. Era para darme de ostias hasta en la foto del DNI
2) El H.P. del padre de mi novia se convirtió en mi suegro.
24 años después del incidente, cumplida la penitencia con creces, he decidido, aunque sea tarde, recuperar ese momento de gloria, y dugustar ese plato de vicio y depravación sin límite, que me quedé sin probar. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, a Dios pongo por testigo, que jamás volveré a pasar hambre!. He dicho.