Ronda por el 240 el espíritu fantasmal de Irina Ceaucescu.Por un momento tus ojos se clavan en la botella de Ron Bacardi y sus vampirillos(garrafón, las intoducen los camareros sin que se entere la dirección) y zass,te rascas el cogote porque te pica.Luego miras tus manos y estan llenas de sangre.En el Mercadona de al lado, han tenido que poner guardias jurados por la noche, ya que alguien asaltaba nocturnamente el frigorifico de la carniceria.
Si vais, id con crucifijo, así ahuyentareis a esos plomazos de rumanas y al fantasma de Irina Ceaucescu.
Y es que ademas de ser pesadas y follar mal, es que no se lavan.Y todo para acabar manteniendo indirectamente a un chulo que las explota.Pobres chicas.