No sé si éste es el lugar adecuado para colgar este post, ya que debería ser de una experiencia y lo que voy a contar en pocas líneas se queda en expe sólo.
Después de reuniones y más reuniones, mi querido jefe-compañero-amigo y yo decidimos picar algo y después "picar" algo. Para lo primero hicimos de turistas novatos y cenamos en la Taberna El Glop, en el barrio de Gracia. Buena llonganiça pero la cerveza estaba caliente (¿sería un mensaje de lo que iba a pasar después?).
Para el postre, y tras nuestra decepcionante primera experiencia en el 240, decidimos, aconsejados por un profesional del transporte, oficio también conocido como taxista, ir al Portobello a eso de las 22:00 aproximadamente.
De primeras, impresiona lo ultramegasuperpequeño que es, sobre todo porque la fachada hace creer otra cosa. Bien, detalles arquitectónicos aparte, nos encontramos con 3 chicas y 1 cliente, es decir, 3-1=2 chicas libres (Cristina y otra italiana, no recuerdo el nombre). Obviamente tardaron unos 3 segundos en presentarse y pedirnos unas copitas, cosa a la que, visto que las chicas eran bastante guapas y simpáticas, accedimos.
En la tercera ronda nos invitaron a ir a la planta de abajo, que es como una ratonera pero a oscuras y con ocho silloncitos. Ahí tomamos un par de copas más, mientras esperábamos a que nos informasen de las "normas" de la casa, cuestión que habíamos planteado 2 güisquis antes.....
Cuando ya la situación se hizo insostenible y no había forma de conseguir la información deseada, vinieron las "bombas": una dice que tiene la regla y la otra que no se va a al hotel con nadie en la primera cita. Como podéis imaginaros, cabreo descomunal, más que nada porque llevábamos preguntando por el tema más de una hora y ocultaron deliberadamente que no incluían el "final feliz" en sus servicios.
Taxi y pa'l 240, que es apuesta segura.
CONCLUSION:
- No vuelvo al Portobello ni invitado.
Besos para ellas y abrazos para ellos.
il Conde