Verónica o el reencuentro con el buen sexo.
Total | Fecha | Ciudad | Belleza | Servicio | Media | Usuario | |
---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | 07/2012 | Tarragona |
|
|
|
Iron Grenadier |
2.917 veces |
Apartamento de la escort | 8 |
Duración | minutos |
Precio | 120€ |
Pecho | Tuneado |
Fumadora | No lo sé |
Besos | Besa con lengua |
Francés | Sin |
Griego | No lo sé |
Salou en verano es algo parecido a la jungla. Hordas de familias con estúpidos niños berreantes, parejitas bobaliconas, grupitos de adolescentes, jubilados tocapelotas, maños, navarros, vascos, franceses, rusos, holandeses e ingleses con afición al alpiste y a tatuarse chorradas y algún italiano desnortado camino a Formentera, hacen su golpe de estado anual y se apoderan de la apacible ciudad costera. Les ves en su ritual: durante el día a la playa, a comprar todos los números para pillar un melanoma, por la tarde, a colapsar supermercados y calles y por la noche a castigarse el hígado o intentar arrimar la cebolleta para pillar la gonorrea.
Pero esa noche no iba a Salou a esquivar vomitadas en el asfalto o a darme de hostias con los urbanos, había quedado con Verónica a medianoche.
Conduje mi coche hacia la tranquila zona del pueblo y aparqué sin dificultad delante de un enorme parque cerca del Ayuntamiento. Me encontraba en una zona residencial con bloques de pisos nuevos muy tranquila y discreta. Rápidamente localicé el portal de Verónica y me subí para arriba.
Después de peleas, polémicas y pajarracas con los administradores necesitaba de veras una bocanada de aire fresco y os puedo asegurar que ni me acordé de nada ni de nadie cuando Verónica se desnudó sensualmente a los pies de la cama en la que estaba tumbado. La visión de sus pechos disparó toda la sangre hacia una sola parte de mi anatomía. Después de librarse de su tanguita y relegarlo al suelo, con una delicadeza y morbosidad inaudita se dirigió hacia mí mientras sus pechos bambolenates se acercaban más a mí....
"Joder como necesitaba esto" pensaba mientras me daba un festín de carne en esa cama. Parecía que se debía acabar al mundo porque aproveché al máximo cada minuto y cada centímetro de su anatomía que me ofrecía. Me recreé en sus sugerentes pechos, besé con fruición su boca, mi lengua se descolgó por su cuello y acabó aterrizando en su vientre, mientras mis manos amasaban la carne de sus piernas....
Después de la pausa necesaria para el proceso de abrir un condón, empezamos con el folleteo. Mientras me cabalgaba, me dediqué a masajearle el clítoris con mis húmedos dedos mientras la visión de su disfrute y esos pechos se clavaban en mi cerebro. Llegó un momento que ella dejó de cabalgarme mientras yo le masajeaba el clítoris y soltaba un grito ahogado (No sé si se corrió o si era puro teatro, pero tampoco me importa demasiado: estaba allí para follar, no para hacer crítica de teatro)
Después de ponerme encima para controlar la situación, de ponerme sus piernas sobre mis hombros y recrearme viendo la visión de mi polla entrando en su coñito, me llegó la hora de disfrutar a mí. Mientras mis embestidas marcaban el ritmo, los engranajes de mi placer llegaron e hicieron que tuviera un intenso orgasmo. Me tumbé en la cama, con los latidos martillenadome las sienes mientras algo parecido a la felicidad se apoderaba de mí....
Vero se enfundó en un negro batín y se escapó de la habitación para asaltar la nevera. Refresco de cola de marca blanca para mí, agua para ella, mientras bebíamos nos mirabamos de reojo y nos sonreíamos picaronamente.
Ella comenzó las escaramuzas del segundo round, asaltó con alevosía y su boca mi miembro semidespistado por el primer asalto. Mientras me practicaba el francés, ella quiso dar el salto al charco e incluyó una cubana en su show. La visión de mi "sonrojado amiguito" aprisionado con saña entre semejantes redondeces de carne, hizo que mi deseo volviera y que la cosa se animara.
Acabé el segundo asalto acariciando la carnosa espalda de ella, mientras la follaba furiosamente por detrás y su melena se enredaba entre mis dedos.
Llegó la hora de marcharse, ducha rápida, recogida de bártulos y despedida. Piquito en los labios y lanzado a la oscuridad del portal.
Salí del edificio con energías renovadas, me sentí ligero como si no llevara preocupaciones o mal rollo encima y lo mejor es que no estaba nada cansado para irme a dormir. Decidí darme una vuelta por la zona de guerra a hacer de corresponsal para mi propia depravación....