MIREIA...
Total | Fecha | Ciudad | Belleza | Servicio | Media | Usuario | |
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1 | 07/2012 | Barcelona |
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KKK |
2.201 veces |
Dirección Cliente | |
Duración | 90 minutos |
Precio | 305€ |
Pecho | Natural |
Fumadora | No lo sé |
Besos | Besa |
Francés | Sin |
Griego | No lo sé |
Mireia es la segunda chica de la agencia Le Privée que cato, después de la gratificante experiencia con Natasha.
Esta vez la esperaba en casa. Todo bien limpito y ordenado antes de que viniese. Hay que dar buena impresión.
Miro por el balcón y ya veo un automóbil que avanza poco a poco buscando mi puerta. Ella me saluda desde la ventana.
Bajo y abro la puerta. Al cabo de pocos momentos aparece. Se trata de un buen pivón. Una jovencita con anchas caderas, ojos negros y pelo castaño peinado estilo Cleopatra. Sonriente.
Subimos a mi habitación. Se ducha (yo lo he hecho antes) y después nos sentamos en el sofá a besarnos y acariciarnos un poco antes de la faena. Lástima: me comenta que no besa con lengua. Bueno.... al menos piquitos hace, y, menos mal, la felación es sin.
Después nos vamos a la cama y nos entregamos a las artes amatorias. Bueno, lo de siempre. No desciendo a los detalles. Me hizo un masaje sensual con la punta de los deditos que no estaba mal. Me comí su rotundo cuerpo de jovencita de 19 años. Y siempre con su sonrisa... (a veces hasta pensaba que se reía un poco de mí, no sé).
Como acabamos antes de hora y no estaba muy católico aquel día, a pesar de mi ingestión de Cialis (creo que voy a dejar este fármaco... ya que me disminuye el placer a pesar de que expulso más cantidad de lechoso elemento), nos fuimos a la terracita a charlar. Cómo? , pensaréis, el llopet de los géiseres no intentó otro disparo??? Veréis, dos cosas. Ese día estaba nervioso y mi libido no muy alta. Además, una cosa muy importante en mis relaciones con cualquier escort. Debe haber feeling, y esa vez no lo hubo.
Quizás es que le falta más rodaje. Me comentó que sólo hacía dos meses que ejercía este noble y antiguo arte.
Eran ya las 11 y media de la noche. Salió porque el taxi le esperaba. Me dijo adiós con una fingida sonrisa.
Saludos del llopet.