Alexia - Todo el calor de Rusia
Total | Fecha | Ciudad | Belleza | Servicio | Media | Usuario | |
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1 | 03/2012 | Barcelona |
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Andros |
2.065 veces |
Apartamento de la escort | 8 |
Duración | 69 minutos |
Precio | 120€ |
Pecho | No lo sé |
Fumadora | No |
Besos | Besa con lengua |
Francés | Sin |
Griego | No lo sé |
Del cómo y el por qué
Había quedado con su compañera de piso, Inés, y ella me presentó a Alexia, que no se publicita en ningún foro. Alexia no quería excesiva publicidad, ya que desea solo dedicarse parcialmente a la vida luminosa, pero quedamos en que alguna foto sería necesaria para que vieran lo guapa que es.
En cualquier caso, se la puede localizar en el teléfono 650987421.
Al día siguiente aparecí por el piso con una cámara y un ordenador para hacer que las fotos no revelaran detalles personales.
Soy un fotógrafo penoso
Mi primera constatación fue que no soy “pofesional” en esto de la fotografía y no conseguí que Alexia se relajara totalmente, por lo que la sesión de fotos fue muy corta. Aún así obtuve algunas imágenes que no me parecieron del todo malas, ya que enseñaban a Alexia tal y como es.
Al tema
Tras las fotikis, llegó el tema y Alexia me propuso una ducha conjunta. Bajo la ducha me dio los besos más húmedos que he recibido en mucho tiempo (cosa bien normal, ya que estaba bajo el agua) y, como es muy limpia, aprovechó para limpiarme todo, todo, todo.
Mi pene decía que sí, que sí con la cabeza, mientras ella, con la tontería de la higiene, me iba repasando entero.
De la ducha pasamos al salón de actos. Bueno, más que un salón era una habitación, pero una habitación en la que tenía toda la intención de realizar algún acto. Es igual, no sé si me explico y me estoy liando.
De pie nos besamos mucho, mucho y mis manos buscaron su espalda para acariciarla y atraerla hacia mí. Luego, no sé cómo, me encontré tumbado en la cama con sus labios recorriendo mi pecho, mi vientre, mis muslos, mi vientre, mi pecho, mis… ¡Caramba, qué ganas tenía cuando empezó a besarme el pene, a lamerlo y degustarlo como un helado que se funde en la boca.
Recuerdo cómo me acarició con sus pechos y cómo la niña dulce se transformó en hembra salvaje ávida de sexo, que me ofrecía sus pechos que yo devoraba con fruición.
Cambio de plano y me encuentro con ella tumbada de espaldas dispuesta a recibir mis besos por todo el cuerpo. Llego a sus pechos y los succiono. Dibujo con mi lengua su vientre y sus muslos, antes de acariciar su sonrisa vertical.
Alexia, como tiene buen humor, sonríe en horizontal y en vertical, de tal modo que su sexo se abre y recibe mis cuidados. Allí fue la locura, el temblor y la pérdida de consciencia pasajera que acompaña a los momentos intensos.
Quería contraatacar rápidamente y le pedí que disfrutara de ese instante un momento. Ella me mira con cierta extrañeza. Debe ser que soy un poco rarillo.
En cualquier caso, no tarda mucho en buscarme de nuevo y devorarme con fruición. Me propone un enfundado preventivo, para iniciar otras aventuras, pero estaba tan bien que le contesto que quizás luego. Sus pechos me excitan, su boca me vuelve loco. Estoy de rodillas en la cama y ella se aferra a mí hasta que pierdo el control del espacio y el tiempo y me dejo ir, dando las gracias por tanto placer recibido.
Hubo más, mucho más Podría decir que me excitó de nuevo y que gozamos otra vez, que cabalgó sobre mí y que sentí de nuevo su placer y su hipersensibilidad, pero, por una vez, seré discreto en el relato..
Lo pasamos muy, muy bien, nos reímos, conectamos desde el primer instante, tuvimos tiempo para el sexo, la confidencia y la intimidad.
Me despedí como buen amigo de Alexia y de su compañera Inés, salía a la calle y ya olía la primavera. ¿Qué más se puede pedir?
Alexia es una mujer plena que disfrutó y me hizo disfrutar con total naturalidad. Fue amante apasionada, tierna, atenta y ardiente, siempre en consonancia con cada momento.
Es una mujer con la que uno se siente cómodo y en confianza desde el principio. Parece tranquila, pero también tiene su lado salvaje y te sabe buscar las vueltas para disfrutar con sexo de calidad y perfecta comunicación.
¿Lo único malo? Pues que me pusieron una multita de seis eurillos por pasarme de la hora en la zona verde, pero, bueno, yo creo que valió la pena.
Del resto, lo encuentro todo bien.