Pido perdón porque a pesar de intentarlo puede resultar largo a algunos. No puedo parar de reir y sonreir. Será el efecto del cava que me dieron que todavía dura o del que tomé luego ya solo en el Hotel X.
Un día escogido al mes estas dos encantadoras mujeres celebran lo que han dado en llamar su Día Santo, para expiación de los pecados de volubles mortales, ofreciendo su ceremonia expiatoria con la gentil oferta de 200€.
El caso es que más o menos media hora antes de la hora de la cita estaba yo apostado tomando café enfrente de su portal con la cámara del iPhone preparada para perpetrar el repugnante chantaje a quien me precediese. De allí no salía nadie, el tiempo pasaba...a las ocho en punto telefoneé. La broma esta vez la tuve que encajar yo porque Robertita me dijo que yo no no tenía cita y la voz lejana de Vero se oyó: "Dile que estamos ocupadas..." ¡Juerguistas!
En cuatro zancadas me introduje en la cueva de Alí Babá y las dos ladronas y aquello fue el fin del imperio romano pero con elegancia, amorosamente.
No estaban demasiado interesadas en la conversación y con la excusa de no mancharme de maquillaje me desnudaron cariñosamente. Quise presentarles a mis amigas Blaky y Blue, unas bolitas thai que quiero probar, que les parecieron muy interesantes, si, pero sin remilgos me obligaron a quitarme los pantalones. Yo aproveché para quitarme las gafas y fundirme en un enamorado beso con Vero mirándola directamente a los ojos y diciéndole en voz baja lo que mis ojos desmentían. ¡Qué maravilla de criatura!
Con el rabillo del ojo percibí que Roberta se ponía todo lo cómoda posible, tan desnuda como vino al mundo. Tuve que girarme para admirarla; siendo ella radiante de por sí hoy la encontré guapísima. Sus besos pusieron contraste a los de Vero; mientras Vero se dedico a mi cuello y a mi orejita, yo le iba diciendo a Roberta :"Me arrepiento" , "me arrepiento de haber besado a N", "me arrepiento de haber besado a S" y así seguí alegremente purificando mi espíritu.
A Roberta le gusta la acción. No contenta con lo que encontró entre mis piernas cuando yo volví a dedicar mis atenciones a Verónica encantado con sus besos se recostó de forma inverosímil. Empezó a acariciarse. Ante ese reclamo Verónica me abandonó y con decisión se dedicó a lamer y besar todo lo que encontró ante sus labios. Por unos instantes quedé fuera de juego, sonriente y sorprendido. El fino culito de Verónica en pompa delante de mi ofreciéndome la oportunidad de regalarle placeres me sugirió qué hacer. Qué placer el mio agarrarla por los muslos sin jalar de ella y sentir como se acoplaba a mi boca , arqueándose, demandando más y más. Recuerdo que Roberta había apoyado su pie en mi hombro...
Pero le gusta la acción. Desmontó la parada que teníamos montada y buscaba la manera de llegar hasta mi sexo. Vero, para dar facilidades se dio la vuelta mientras Roberta asía mi verga y me invitaba a pacer en la pradera. Pobre de mi, que no tenía otras intenciones que coger a la frágil Verónica por las nalgas , levantarla en vilo y derretirla entre mis labios y mi lengua. No costó mucho esta vez. "¿Qué te ocurre?", le preguntó Roberta a su amiga, "que me va a hacer correr", fue la respuesta, y juro que no tardó en convulsionarse entregándome su clítoris con mimo para ser cuidado un poco todavía.
Al poco fue de nuevo nuestra bella ragazza italiana la que tuvo la iniciativa de que fuéramos a la cama. Me trataron como un maharajá, en palabras textuales que sienta bien oir, la verdad sea dicha; llegas a creértelo cuando intuyes lo que se avecina y añaden cojines en los que recostarse. Allí empezó un tsunami que nacía en las entrañas de estas mujeres, atravesaba sus bocas que a veces se entrelazaban con verdadero cariño, pasaba de sus lenguas a mi sexo entero por arriba y por abajo hasta anestesiarlo y llegaba a mis entrañas, saliendo por mis ojos y mi vista, agradecida y enfebrecida. Que bien besan, que bien se besan. Si además Verónica te mira con esos ojos, pasa toda la lengua por los dedos recogiendo saliva y humedece su sexo y luego guía tu mano hacia él, pidiendo que introduzcas los dedos solo falta que Roberta pregunte en voz alta :"¿Te está follando?" para difuminar la barrera entre lo natural y lo sobrenatural.
No se como fue, ni cuando ni quien me calzó el condón, pero de repente Roberta se sentó sobre mi entre exclamaciones y comenzó a cabalgar. "Así, bien dura", decía. Dura es ella cabalgando ; los que la conoceis ya me entendeis y los que no...pues lo siento señores, hagan ustedes un pequeño esfuerzo que la signorina bien lo vale. Últimamente estamos , al menos yo, conociendo a Roberta en su faceta más porno. De repente demandó a Vero que la penetrase por detrás. Ni corta ni perezosa, mordiéndose los labios, Vero se calzó un arnés, el famoso Negrito, se situó detrás de Roberta y propinándole sonoros cachetes la follaba con vigor, igual que yo por delante. Ya no necesito buscar un compañero para realizar una añorada fantasía de follar con una mujer mientras otro la folla por detrás. Creo que prefiero esta versión de la historia.
Llevaba ya un rato dentro de Roberta y quería presenciar el espectáculo. Nada más fácil. Cambiaron la panorámica. "Ahora te vas a enterar", dijo Verónica. Salvajes. No pude resistirme y le di a Roberta mi poya para que hiciera con ella y su boca lo que quisiera. Dios mío, que manera de purificarme. Pero Verónica quería colaborar y no solo colaborar sino que acabara en su boca. Se deshizo del arnés y se aplicó con fruición. La otra también, pidiendo que las atenciones a su culito continuaran, de lo que se encargaron mis dedos apasionadamente entre sonoros gritos, digo bien , gritos.. A buen seguro ya completamente libre de pecado me daba igual lo que hicieran, incluso llegué a creer que no sería capaz de correrme o que se trataba de una experiencia tántrica. Palpé con mis dedos y pude notar que allí estaba, enhiesta, gozosa, resistiendo insensible, aunque parecía un helado de vainilla derretido de tanta saliva como la empapaba. Decidí ayudarlas en sus esfuerzos y eso encorajinó aun más a Roberta, gran parte de la sesión narradora de lo que ocurría y de lo que tenía que ocurrir. Sentir sus labios y sus lenguas humedeciendo también mis dedos era más de lo que yo podía soportar; ver sus lenguas juguetear alrededor de mi glande definitivo. Temblándome las piernas me derramé en la boquita de Verónica con todo el placer del mundo, ella acompañándome hasta el último estertor.
Con esta dos mujeres una hora es apenas tiempo de iniciar los preliminares o de lograr algún orgasmo mutuo para templar las almas y aplacar pasiones. Hay varones multiorgásmicos que en una hora consiguen récords, lo reconocieron ellas mismas durante la posterior conversación. Benditos ellos, los envidio. Yo necesito otra cosa. Pero pensando en tanto pecador como hay necesitado de bendición no me atreví a proponer que mi sesión fuera doble. Aunque de una manera u otra lo haré porque ha sido épico y memorable.
Valoración de la implicación: A ver si queda claro ya de una vez por todas: que con estas mujeres la implicación que cuenta es la del sujeto en cuestión porque la de ellas es exhuberante, gloriosa, gozosa, genial, fuera de serie. Participaré en más tríos , lésbicos y no lésbicos, porque me gustan mucho, pero este ha sido desmitificador y brutal. Sexo de alta calidad y de alto voltaje, cinco estrellas.
Valoración final: siempre empiezo por lo peor para que el mal efecto desaparezca pronto. Lo peor fue que me pareció que durase cinco minutos. Sin embargo lo mejor es que duró quince veces cinco...
